Se cumple un mes de un hecho sin precedentes en la historia mundial de la navegación. La retención en el puerto de Tema del buque escuela Fragata Libertad, por la acción de acreedores de la Nación.
Al margen de la calificación ética o moral que distintos sectores le asignan al fondo inversor que solicitó el embargo – desde buitres a legítimos acreedores que reclaman lo que se les debe – lo cierto es, que al menos en la primera instancia la justicia Ghanesa hizo lugar en forma preventiva al pedido y allí está nuestro buque “retenido”.
Este hecho de por si triste, ha encontrado en la sociedad un rechazo unánime por lo injusta que ha sido la medida judicial. Al mismo tiempo parece haber producido fisuras entre las autoridades con responsabilidad directa o relativa en el tema; las que han sido notorias.
La Nación ha prescindido de los servicios de Almirantes cuyas aptitudes fueron merituadas por esta propia administración que los promovió a los cargos que ocupaban y días después el propio Ministro de Defensa ratificó los dichos de los desplazados.
Tal vez, sea el momento de pensar, que la “culpa” de la retención de la Fragata es solamente del Juez que no ha interpretado correctamente hasta donde alcanzan las inmunidades que posee el buque escuela.
No serán ni la ONU ni el G20, los que nos darán la solución. Sólo la propia justicia Ghanesa en una instancia superior frente a la cual tendremos que presentar una postura firme y sólida. Es probable que esta sea hoy por hoy la única alternativa, para evitar que algún lector deba escribir el 02 de Octubre de 2013 una carta que lleve por título “Un año sin la Fragata”.
La Liga Naval Argentina formula votos para un pronto regreso de nuestro buque escuela a casa y pone como siempre todo su esfuerzo al servicio de las autoridades de la Nación para contribuir en lo que se encuentre a nuestro alcance.
