Imprimir

LA PANDEMIA QUE TODO LO CAMBIA


Para todo ciudadano que en forma obligatoria o voluntaria haya integrado durante parte de su vida alguna de las instituciones militares o policiales del país, las palabras diana, formación, pabellón, retirada, lista mayor o ceremonia, no pasarán desapercibidas. Dentro de la mística de la formación militar y hasta de la convivencia social castrense, la reunión de superiores y subordinados cuidadosamente agrupados y formados es parte la rutina habitual. Es en esas formaciones donde se imparten las órdenes del día, se pasa revista a la tropa, se refuerza el espíritu de cuerpo y el sentido de pertenencia o como - muy especialmente entre abril y junio de cada año- se rememoran distintos hitos de la guerra de Malvinas con importantes formaciones que incluyen al personal en actividad, a los excombatientes y a los familiares de los caídos



A 38 años de la máxima entrega de vidas que las FFAA FFSS y Marina Mercante realizaran en defensa de la soberanía argentina en Malvinas, un enemigo invisible nos quitará no solo la posibilidad del abrazo anual entre camaradas sino además hasta el simple hecho de poder juntarnos a rendir homenaje a quienes quedaron para siempre en la turba malvinera o en las aguas de nuestro Atlántico sur”. Las palabras pronunciadas en mensaje web por uno de los máximos referentes de los Veteranos de Guerra hacia mediados de marzo ofició como obvia profecía sobre lo que pocos días después sería proclamado con fuerza de ley. Aislamiento obligatorio, distancia social y cese de toda actividad grupal.



Luego de muchos años de considerarse " invisibilizados" los Veteranos de Guerra vivieron dos momentos de extremo éxtasis en los años anteriores cuando pudieron finalmente concretar el viejo anhelo de integrar un desfile militar junto a la totalidad de las FFAA en plena Avenida del Libertador, y ser aplaudidos por miles de compatriotas y hasta (en una de esas ocasiones) por el Presidente de la Nación.


Tal vez por ello, la política adoptada para este año fue expresamente ordenada por Alberto Fernández quien refrendó la idea del Ministro de Defensa Agustín Rossi de no alterar ninguna de las fechas icónicas de la gesta y adaptarlas a los nuevos tiempos, pero dejando en claro que no se trata de un retroceso en el reconocimiento a los combatientes sino de una mera adaptación a las circunstancias.


Nos cuidamos, pero no los olvidamos


Uno de los máximos jefes militares del país al ser consultado por Infobae sobre cómo se llevarían adelante las distintas conmemoraciones por el conflicto armado y su saldo de 649 muertos en combate, expresó. “Tomaremos todas las medidas necesarias para no violar lo que el PEN ha dispuesto en materia de distanciamiento social, seremos los primeros en dar dos ejemplos. El primero que no estamos por encima ni por delante de nadie y que por lo tanto cumpliremos todo lo que se les exige a los ciudadanos y habitantes del país. El segundo que la pandemia no es excusa para dejar de rendir homenaje a nuestros caídos y a los excombatientes que regresaron con vida”.




Con esta premisa, de la misma forma en la que el 02 de abril casi en soledad Agustín Rossi junto al Jefe del Estado Mayor Conjunto y los Jefes de Estado Mayor General de las 3 FFAA encabezó en la plaza de armas del Edificio Libertador el homenaje por el 38º aniversario de la “Operación Rosario”, el pasado 01 de mayo hizo lo propio en el edificio “Cóndor” (sede de la Fuerza Aérea) para conmemorar el bautismo de fuego de la aviación militar y este sábado desde el edificio Libertad conmemoró de una forma muy particular el hundimiento del Crucero ARA"General Belgrano" hecho que marca la mayor cantidad de bajas militares argentinas acaecidas en un mismo hecho bélico.


Ofrenda, palabras y video conferencia


De acuerdo con lo previsto Rossi arribó durante la mañana de este Sábado al edificio de Comodoro Py 2055 (CABA) y se dirigió a la sala de situación ubicada en el piso 12° de la unidad militar. Allí en compañía de las autoridades presentes protagonizó una videoconferencia con el ex Segundo Comandante del ARA “General Belgrano” durante el conflicto Capitán de Navío Pedro Galazzi. Posteriormente frente al cenotafio en memoria a los 649 caídos en combate, colocó una ofrenda floral y efectuó algunas declaraciones en las que exaltó el valor de los casi 1100 tripulantes del que por entonces era el buque insignia de la Armada Argentina.


Nada será como antes 


La abrupta “puesta en valor” de la peligrosidad del Coronavirus en especial en espacios confinados o con alta concentración de personas, obligó a tomar drásticas decisiones en la vida cuartelera no solo en las formas sino además en el fondo entre las cuales se destacan, la suspensión del dictado de clases en todos los institutos de formación de todos los niveles y su reemplazo hasta donde fuera posible con cursos virtuales. Lo mismo aplica a todos los ejercicios de instrucción en el terreno, maniobras, prácticas simulacros. Se procedió a licenciar a buena parte del personal militar y civil y el 90% del personal militar que concurre a cumplir sus funciones lo hace en tareas relacionadas con el apoyo sanitario o asistencia social relacionada con la emergencia sanitaria. " En el corto y mediano plazo habrá que acostumbrarse a trabajar operativa y administrativamente de una manera radicalmente distinta a lo que marca la tradición y cultura militar". Señaló a Infobae uno de los actuales almirantes en actividad.



Mientras que el Ejército ocupa la centralidad de la ayuda por ser precisamente la fuerza con mayor despliegue en tierra firme, la Fuerza Aérea presta ayuda sanitaria y se encuentra cumpliendo un destacado rol en la repatriación de miles de argentinos varados en distintos países de la región. La Armada entre tanto abastece de alimentos y asiste a poblaciones ribereñas desde Zárate hacia el norte y también en las localidades más australes del país. También habiendo recuperado en parte su capacidad naval para el patrullado marítimo gracias al patrullero oceánico ARA “Bouchard” el que en las últimas horas zarpó desde Mar del Plata para sumarse al control de la pesca ilegal que hasta ahora viene realizando la Prefectura Naval con sus guardacostas clase “Mantilla”.