A 33 AÑOS DE LA GESTA DE MALVINAS BUENO ES RECORDAR EL APORTE DE LA MARINA MERCANTE

El transporte A.R.A. Isla de los Estados en el conflicto de Malvinas. La trascendencia de su tarea como una muestra del accionar de nuestra Marina Mercante en el conflicto.

Con la llegada de la fuerza de desembarco a Puerto Argentino el 2 de abril de 1982 se sumaría el transporte naval a.r.a isla de los estados, que aproximadamente a las 1200 horas de ese día amarró en uno de los muelles de ese puerto.

El mencionado buque estaba bajo la órbita administrativa del comando de transportes navales de la Armada Argentina, contaba con tripulación de marinos mercantes, careciendo inicialmente de tripulación militar.

En este breve opúsculo vamos a tratar de resumir lo hecho por este buque, en la idea de poder conocer y rescatar, quizás del olvido, el importante aporte que la Marina Mercante Argentina hizo durante el conflicto del Atlantico Sur durante 1982.

Hombres y mujeres, inclusive extranjeros, en barcos de armadores privados y estatales, de todas las edades y de todas las asociaciones profesionales que hacen al quehacer marítimo argentino dieron todo de si en la epopeya de los barcos mercantes argentinos, así definida por el señor jorge muñoz en su libro “misión cumplida” y que es la principal fuente bibliográfica de este modesto trabajo.

A esta labor no debemos dejar de mencionar la tarea de obreros portuarios, algunos de los cuales trasladaron a Malvinas, operarios e ingenieros de talleres navales y astilleros, prácticos, tripulantes de dragas y balizadores que contribuyeron a que los canales de navegación en territorio nacional quedaran expeditos etc.

Todo ello constituyó sin duda una muestra que un verdadero sistema de industria marítima Argentina trabajó en pos de la causa nacional por Malvinas.

Si debemos resumir lo realizado por de la Marina Mercante Argentina en pocas palabras, debemos hablar de ocho barcos que realizaron tareas de abastecimiento dentro de las islas Malvinas, de otros diez que realizaron transporte logístico a puertos patagónicos, de cinco utilizados para el transporte de combustibles a la Patagonia, de dos petroleros que integraron los grupos de batalla de la Armada Argentina asegurando su provisión de combustible en tiempo y oportunidad, de doce mercantes utilizados en tareas de exploración e inteligencia en el Atlántico Sur de la isla ascención a las Malvinas. A los que se sumaron seis pesqueros en aguas próximas a las islas brindando informaciones vitales que permitieron conocer con bastante precisión las posiciones de la flota enemiga etc. Etc.

Dificíl tarea es en un párrafo poder describir todo lo hecho por no muchos, y que fue trascendente en este conflicto.

Cada una de estas tareas realizadas ameritan por si solas un pormenorizado análisis mediante el cual se podrá conocer en profundidad el compromiso de los marinos mercantes y personal de apoyo en tierra en la única guerra que afrontó nuestro país en el siglo viente.

Sin duda todo lo realizado no hubiese sido posible sin una adecuada preparación y planificación, el trabajo de la Marina Mercante Argentina y lo que podemos llamar el sistema de la Industria Marítima Argentina en el conflicto de Malvinas no fue fruto de la improvisación.

A modo de ejemplo recuerdo que hace unos años un capitán de uno de estos mercantes me refirió que tenía en su caja fuerte los planes necesarios para utilizar su barco en estas tareas, y que a partir de una orden recibida y codificada sólo tuvo que abrir sobres y poner su nave a son de combate, esto incluía los necesarias claves de comunicaciones, derrotas náuticas a navegar, instrucciones de convoyado, etc. Para lo cual todo su personal había sido formado según los diferentes niveles de responsabilidad y ejecución, en las correspondientes escuelas y en los cursos de capacitación obligatorios para la obtención de patentes y habilitaciones.

Todas las tareas realizadas no eran simples, requerían capacitación, adiestramiento continuo e intensivo para mantener la necesaria capacidad logística, de apoyo o de inteligencia a realizar.

A guisa de ejemplo pensemos en el abastecimiento en navegación a buques de la armada que realizaran los petroleros de YPF Campo Durán y Puerto Rosales. Este, por ejemplo, le transfirió 300 toneldas de fuel oil al crucero A.R.A. General Belgrano dos días antes de su hundimiento y 260 toneladas al destructor A.R.A. Piedrabuena el día 28 de abril. De por sí espero nos ayude a dimensionar su trabajo, sin el cual estas unidades de nuestra flota de mar hubiesen tenido que regresar a puertos continentales periódicamente.

Dieciocho marinos mercantes argentinos dieron lo más sagrado de sí, su vida, en el conflicto, diez resultaron heridos en combate. Cuarenta y uno condecoraciones fueron otorgadas a personal de la Marina Mercante, por fallecimiento en combate, actos de heroismo o por haber cumplido con su deber más allá de lo esperable poniendo en riesgo su propia vida, en casos para salvar la de otros tripulantes.

Como una muestra de la dimensión del apoyo logístico realizado para Ejército Argentino llegaron a las islas en dos buques de elma 3688 toneladas de carga para atender parte de los requerimientos logísticos de esa fuerza en las islas, amén de llevar insumos para las otras fuerzas.

La Armada Argentina recibió además, entre otros, suministros en el transporte naval A.R.A. buen suceso y Fuerza Aérea Argentina en el mercante mar del norte en cantidades que no he podido dimensionar adecuadamente para este artículo.

Más allá de toda ponderación sobre su resultado, las acciones militares en las islas Malvinas y sus adyacencias sin este apoyo logístico las mismas no hubieron sido posibles.

Ya volviendo a conocer lo realizado por el transporte naval A.R.A. Isla de los Estados podremos tener una muestra de todo lo expresado en este largo prólogo, que de seguro puede ser incompleto, sin querer serlo.

La continuidad de la política de la República Argentina para recuperar las islas Malvinas encontró, en la década de los sesenta ante el desinterés británico de mantener el único buque que abastecía a las islas a y desde montevideo, la oportunidad para ir realizando acciones que en forma comercial y política sirvieran para crear lazos entre los isleños y nuestro país.

Así se fueron celebrando acuerdos que se materializaron en la concurrencia de estudiantes a escuelas en Argentina, en la conexión aérea permanente mediante laFuerza Aérea Argentina con la empresa Lade, la construcción de un aeródromo en Puerto Argentino, el abastecimiento de gas y combustible mediante las empresas YPF y gas del estado, entre otras cosas.

A todo ello se sumó la presencia regular de buques de transportes navales que contribuían a asegurar el abastecimiento de las islas Malvinas como asimismo de permitir comerciar los productos isleños, principalmente ganaderos con el resto del mundo a través de puertos argentinos continentales.

Asi las cosas se firmó un acuerdo entre ambas cancillerías, la Británica y la Argentina, para que el comando de transportes navales llevara ganado ovino en pie a Puerto Deseado desde los puertos malvinenses de San Carlos, Darwin, Howard, Goose Green y Bahia Fox a Puerto Deseado. Lugares de la geografía malvinense desconocidos para la mayoría de los argentinos por entonces, que serían el escenario de batallas en 1982, y ya han sido incorporados al ideario colectivo de todos los argentinos.

Asi fue que en el año 1980 se incorporó a la armada el transporte A.R.A. Isla de los Estados, con la tarea principal de realizar no sólo navegaciones comerciales por la costa continental Argentina sino también a y desde Malvinas, además de materializar tráfico de cabotaje dentro de ellas, según requerimientos de la Falkland Island Company. Sin duda en esos viajes comerciales realizados siempre con tripulación civil el buque obtuvo información meterológica, hidrográfica y de las facilidades portuarias de los lugares visitados en las islas, más allá de lo por entonces conocido y publicado en los derroteros correspondientes. Información que debidamente procesada debiera haber servido a contribuir a materializar el análisis de inteligencia sobre las islas.

Este buque tenía 80 metros de eslora (largo) y podía transportar una carga útil de 2500 toneladas. Su calado y tonelaje a plena carga de 3900 toneladas, amén de capacidad instalada de plumas, lo hacía particularmente apto para la navegación de cabotaje en las islas. En el momento de su incorporación a la armada argentina llevaba unos cinco años de servicio en una empresa española llamada trasbética, su primer armador.

La campaña de Malvinas comenzó para este barco el 25 de abril de 1982 en puerto deseado donde embarcó materiales y vehículos terrestres para la compañía 9 del ejército argentino, amén de variado armamento y efectivos en el orden una sección. Concluida la carga comenzó a navegar hacia Malvinas incorporándose a la fuerza de tareas anfibia que el día 2 de abril materializara la recuperación de la islas Malvinas en horas de la mañana.

Ya en ellas, inicialmente, a órdenes del jefe del apostadero naval Malvinas que los dos años previos se había desempeñado como agente comercial del comando de transportes navales viviendo en la localidad de Puerto Argentino, comenzó a realizar navegaciones para atender necesidades logísticas de diferentes unidades militares, amén de servir como alijador de carga que llegaba a bordo de barcos que no podían amarrar en puerto argentino por sus dimensiones y tonelaje.

Este transporte naval llevó a los efectivos del ejército argentino de la compañía de ingenieros 9 que el día 5 de abril desembarcaron en Bahía Fox, permitiendo que por primera vez flameara la bandera nacional en ese lugar. Asimismo a mitad de abril transportó efectivos del regimiento 8 de infanteria a ese mismo lugar, pero en otra orilla.

La armada había incorporado a la tripulación un coordinador militar, capitán de corbeta Alois Payarola, que asesoró al capitán del mismo Tulio Panigadi en sus tareas. Cabe destacar que este, lo mismo que su primer oficial josé bottaro habían pertenecido a la Armada Argentina como oficiales. Esta figura de cordinador permitía la correcta ligazón operativa entre la Armada Argentina y los buques mercantes afectados al conflicto.

Asi pues, el mes de abril trasncurrió con este barco realizando principalmente tareas logísticas en las islas a las que se sumaron dos pequeños mercantes requisados en ellas, el Monsument y el Forrest, a los que se sumó buque de suministros de bandera Argentina Yehuin a fin de ese mes.

Una tarea de particular complejidad realizó el A.R.A. Isla de los Estados y fue la de fondear un campo de minas en proximidades de Puerto Argentino, las mismas habían sido transportadas por otro transporte naval el A.R.A. Bahía buen suceso. Que junto a los otros barcos mencionados y el río carcaraña, el Río Cincel, y el Formosa de Elma, el mar del norte de la empresa la naviera, estarían presentes en diversos momentos de la campaña en aguas de Malvinas, significando con su presencia el necesario apoyo a las operaciones militares planificadas o en desarrollo.

Luego del 1 de mayo el barco se trasladó al estrecho San Carlos, en cuyas aguas tuvo al menos tres encuentros con el mercante de elma río carcarañá del cual recibió carga militar y combustible en tambores para aprovisionar unidades el ejército argentino en la zona.

En la mañana del día 10 de mayo recibió materiales del Ejército Argentino, principalmente de artillería a los que se sumó personal de esa fuerza. Finalizada la carga se decide navegar de noche en procura de Puerto Howard.

Ello coincidió ese día, con que la fragata H.M.S. Alacrity recibiera la orden de reconocer el estrecho san carlos, navegando de sur a norte. En su pasaje frente a Bahía Fox lanzó proyectiles sobre las posiciones Argentinas, algunos luminosos y pocos minutos después siendo las 2220 horas tiene contacto radar con el transporte A.R.A. Isla de los Estados al cual bate con su batería de 4,5 pulgadas. Su carga de munición de artilleria y los 325.000 litros de combustible en tambores que transportaba hicieron que sucesivas explosiones aceleraran el hundimiento del buque, del cual sólo sobrevieron el capitán de corbeta payarola y el marinero Alfonso López. La fragata mencionada fragata británica sería atacada a 0130 del 11 de mayo por el submarino A.R.A. San Luis, al norte del estrecho san carlos, sin éxito aparente.

Fallecieron en el hundimiento del A.R.A. Isla de los Estados quince marinos mercantes, tres hombres de la armada argentina, dos del ejército argentino, uno de la Fuerza Aérea Argentina y uno de la Prefectura Naval Argentina.

El capitán Payarola y el marinero López pudieron ser rescatado seis días más tarde luego de permanecer en una cabaña precaria en tierra. Un día después de ello, se innuman en tierra los restos del primer oficial José Bottaro, rezó su responso un capellán de la Gendarmeria Nacional, única fuerza que no tenía tripulantes en el Isla de los Estados. Quizás como símbolo que este hecho de guerra resultó una muestra de la realidad de lo vivido, donde sin importar la fuerza a la que se pertenecía, sí se era civil o militar, en Malvinas un grupo de argentinos presentaron juntos batalla, más allá de las dificultades que tuvieron que enfrentar.

Quedan muchas cosas para narrar esto sólo es una pequeña síntesis.

A los muertos nuestro permanente recuerdo y homenaje, son ellos celosos centinelas de nuestra soberanía en las islas Malvinas.

 

Una sucinta mirada a lo realizado por la Marina Mercante Argentina en el Conflicto del Atlántico Sur en el año 1982

La conocida como “Gesta de Malvinas” tuvo, en 1982, muchos actores del lado argentino, y me permito decir conocida como tal, dado que creo que lo correcto sería referirla como “Conflicto del Atlántico Sur”, ya que el escenario de las acciones militares abarcó el océano Atlántico Sudoccidental, no sólo las mencionadas islas.

Dentro de los diferentes actores argentinos hubo uno cuyo accionar poco se conoce, su Marina Mercante. En tal sentido les refiero que he recibido hace unos años el obsequio del libro “Misión Cumplida” de parte, y con su dedicación, de su autor don Jorge Muñoz, que es la principal fuente y referencia de este opúsculo que sólo pretende hacer conocer una parte sustancial del conflicto, cuyo protagonistas fueron principalmente civiles, argentinos y extranjeros que embarcados, o desde tierra, contribuyeron a realizar tareas logísticas, de inteligencia y de apoyo a las Fuerzas Armadas Argentinas en su esfuerzo por enfrentar al reino unido de Gran Bretaña y sus aliados, en el conflicto de marras.

El 2 de abril de 1982 los argentinos desayunaron con la novedad que las Islas Malvinas eran devueltas a la soberanía nacional luego de casi siglo y medio de ocupación británica. La operación Rosario llevada a cabo por sus fuerzas armadas había logrado ello.

En ese día o días previos, diversos barcos mercantes de empresas estatales o privadas habían recibido órdenes de dirigirse a puertos nacionales, modificando sus derrotas.

Llegados a ellos, y ya conocido el desembarco en Malvinas, recibieron carga militar con destino a ellas.

Ese mismo 2 de abril un grupo de embarcaciones de poco tonelaje de la Falkland´s Company que se encontraban en puerto argentino fueron requisadas por la Armada Argentina para realizar diversas tareas logísticas.

La inmediata escalada de la crisis hecha por los británicos fue respondida por la argentina con el uso de todos los medios de su potencial nacional para enfrentar el combate. Para ello, se movilizaron diversos barcos mercantes, de armadores privados y estatales, con sus tripulaciones.

Esto que a en un primer análisis parece simple fue producto de un largo proceso previo de formación del personal y de la materialización, práctica y ejecución de diversos planes, en aspectos tales como las comunicaciones, instrucciones de convoyado etc.

Como me dijera un capitán de un buque mercante “mientras estaba en navegación me enteré del desembarco en Malvinas, luego recibí un mensaje en claro fui a mi caja fuerte y encontré las claves y las instrucciones para operar de inmediato con la Armada”.

En este punto es necesario señalar que la formación del Personal de la Marina Mercante argentina era responsabilidad de la Armada Argentina a través de tres Institutos, la Escuela Nacional de Náutica, que formaba al Personal de Oficiales Mercantes de Cubierta, Máquinas, Comisarios Navales y Radiotelegrafistas, la Escuela Nacional Fluvial que formaba a Oficiales de buques fluviales y la Escuela Nacional de Pesca, que formaba todo el personal de diferentes calificaciones dedicados a esa Tarea.

La Armada Argentina era a su vez la responsable, como lo es ahora, de la titulación del Personal de la Marina Mercante, por lo que una vez egresado de sus institutos el mismo continuaba su formación con la habilitación de ésta.

A su vez, dos grandes empresas navieras estatales ELMA e YPF, tenían barcos aptos para tareas de apoyo a la Armada. De hecho los petroleros incorporados por esta última tenían en algunos casos capacidad para el reabastecimiento de los buques de la Flota de Mar, y en tal sentido se realizaban ejercitaciones periódicas para que las tripulaciones tanto de buques mercantes, como de la Armada tuvieran adecuados niveles de adiestramiento, conforme los planes en vigor.

Un dato no menor, es que no pocos integrantes de la Armada Argentina dejaban la misma en busca de mejores oportunidades económicas y a tal fin tripulaban una vez obtenida su baja o retiro militar los mismos.

Conocida la decisión de enviar una fuerza expedicionaria británica al atlántico la estrategia militar se vio obligada a conocer la posición de la misma. Para ello se fue recibiendo información de los barcos mercantes argentinos que en su derrota se encontraran con buques británicos, amén de destacarse a algunos de estos, a las cercanías de la isla Ascensión, y a partir de ella posicionar otros a lo largo de la posible derrota de la fuerza británica, enviando información de contacto con buques de esa nacionalidad.

En particular en las cercanías de Malvinas esa tarea fue realizada por pesqueros, uno de los cuales, el Narwal, fue hundido el 3 de mayo de 1982.

En esta tarea de inteligencia y exploración participaron en total doce buques mercantes y seis pesqueros.

El abastecimiento logístico a Malvinas lo realizaron tres buques de la empresa estatal ELMA, dos del comando de transportes navales y dos de armadores privados. De estos tres fueron hundidos/destruídos los A.R.A. Bahía Buen Suceso e Isla de los Estados y el Rio Carcarañá de ELMA.

Diez barcos fueron utilizados para el transporte logístico entre puertos argentinos en relación al conflicto.

Otro capítulo es la participación de buques petroleros que cumplieron tareas de abastecimiento a la flota de mar argentina luego de la primera quincena de abril. Esta tarea fue realizada por los buques de Y.P.F. Puerto Rosales y Campo Durán, el primero de ellos reabasteció al crucero A.R.A. General Belgrano unos días previos a su hundimiento.

Ya en su diseño se había previsto que estos petroleros tuvieran la capacidad de reabastecer buques de la Armada y en años previos habían realizado esa tarea con diversas unidades de la Flota de Mar.

En total intervinieron en el conflicto en acciones directas o de apoyo, o fueron movilizados, más de cincuenta mercantes y transportes de la Armada.

En el continente las acciones silenciosas abarcaban toda la actividad marítima, astilleros y talleres navales eran ocupados al máximo de su capacidad para alistar y reparar buques, en los puertos los obreros portuarios daban lo máximo de sí para realizar su tarea con eficiencia en el menor tiempo posible, los prácticos realizaban su importante tarea con suma meticulosidad porque el país no podía permitirse un canal con obstáculos a la navegación, y así todo el sistema de la industria Marítima Argentina (Poder Marítimo) respondió a las exigencias de la estrategia nacional.

Hay muchas anécdotas sobre el personal, de ellas rescato algunas sabiendo que soy avaro en ello. No pocos extranjeros que navegaban en barcos mercantes de bandera argentina ante la posibilidad de desembarcarse decidieron seguir abordo pese al peligro que ello implicaba. Posibilidad que casi la totalidad de los marinos mercantes argentinos desecharon. En muchos de los buques mercantes se embarcó personal militar que trabajó con las tripulaciones civiles sin mayores inconvenientes y en armonía.

La necesidad de realizar con eficiencia las tareas de estibaje en Puerto Argentino obligaron a trasladar desde puerto patagónicos a obreros portuarios.

Las pérdidas humanas alcanzaron a dieciocho marinos mercantes embarcados en el pesquero Narwal, Trasporte A.R.A. Isla de los Estados y Crucero A.R.A General Belgrano, recibiendo la condecoración póstuma. Diez marinos fueron condecorados por haber sido heridos en combate, uno por reconocimiento al mérito, doce al esfuerzo y abnegación, las banderas de seis transportes de la Armada recibieron la condecoración al esfuerzo y abnegación en combate, seis mercantes y dos pesqueros la condecoración operaciones en combate.

Todo lo hecho por el sistema de la Industria Marítima de la Nación (Poder Marítimo), aquí descriptos, fue posible a partir del concepto de movilización nacional que permitió convocar todos aquellos recursos humanos y materiales que respondían a la necesidad de la estrategia militar.

Cada tripulante y práctico que participó en las Operaciones de Guerra en el Atlántico Sur recibió un diploma de honor, amén de la condecoración otorgada por el Honorable Congreso de la Nación Argentina. Ella no es otra cosa que el reconocimiento que los ciudadanos de la patria han dado a través de sus representantes, libremente elegidos, a quienes dieron fe de su juramento de defender a la patria.

No dudo que esta síntesis es escueta y quedan muchas cosas por narrar que de seguro merecen ser conocidas.