Mucho se ha dicho en los últimos años, sobre la preferencia de la Presidente de la Nación por Manuel Belgrano. La propia mandataria expresó este sentimiento en oportunidad de visitar la bicentenaria escuela, la que por otra parte debería ser motivo de orgullo para la institución que la cobija.

En 2014 el propio Ministro de Defensa Agustín Rossi, expresó a la emisora "Radio 10" que había sido un "lamentable olvido" el no haber convocado a los cadetes de Belgrano para que participen de la jura al pabellón patrio en presencia de esa Presidente que les marcó su preferencia.

Curiosamente, la Escuela Nacional de Náutica fue el único instituto de formación que envió cadetes al conflicto de Malvinas, 30 alumnos entre ellos 3 mujeres. Poco parece importar, es lamentable y triste.

En 1806 sus primeros alumnos se armaron en defensa de la ciudad de Buenos Aires frente al mismo invasor (Inglaterra) constituyeron el regimiento Tercio de Gallegos. La rendición de la principal columna invasora se produjo en el Convento de Santo Domingo ante un capitán de ese glorioso regimiento.

Un arduo trabajo del Oficial de Plana Mayor de la ESNN HORACIO VÁZQUEZ RIVAROLA, con un fuerte apoyo del por entonces subjefe de la Armada Almirante Jorge Enrico, desembocó en la recuperación de la historia de ese regimiento, recreándose el mismo como GUARDIA DE HONOR DE LA ESCUELA NACIONAL DE NÁUTICA.

El nuevo tercio de gallegos, custodió y engalanó ceremonias presididas por jefes de gobierno de Bs As. y de Galicia (España) pero también muchas encabezadas por varios presidentes argentinos, incluida la actual presidente Cristina Fernández. Por obra y gracia de los caprichos de quien ha tomado esa escuela de Estado Argentino, como propia y por algún encono personal con el recreador de este regimiento, el mismo ha sido desactivado de facto y hoy corre el riesgo de perderse definitivamente.

Cosas de la historia destruidas por caprichos de los hombres, hombres con mucho material dorado en sus hombros, pero poca materia gris en sus cerebros; hombres que no honran su cargo, su profesión y mucho menos al creador de la bandera, momento propicio para decir; que Dios y la Patria se lo demanden.