LA OBRA MARITIMA DEL GENERAL MANUEL BELGRANO
En conmemoración de la creación de nuestra Bandera, adhesión de la Liga Naval Argentina.
Delegada de la Liga Naval Argentina Dra. Silvia María Inés Soler
No ha sido suficientemente divulgada la acción cumplida por Belgrano en materia de desarrollo marítimo. Fue tal vez el primero en adquirir una valoración integral de nuestras riquezas marítimas. Temas específicos constituyen la materia de sus preocupaciones. La creación de la Escuela de Náutica, la constitución de una compañía de náutica, la constitución de una compañía de seguros marítimos, la construcción del muelle de Buenos Aires, la jerarquización de otros puertos (Barragán, Maldonado y Carmen de Patagones) y su balizamiento, la limpieza de los puertos de Buenos Aires y Montevideo, la colocación de faros, el aprovechamiento del Río Negro y la construcción de embarcaciones.
La Escuela de Náutica
En 1796 Belgrano expone la necesidad de contar con una Escuela de Náutica, “…sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este río y además hubiese jóvenes de quienes echar mano para las embarcaciones que vienen de España…”. Así, logra que el 25 de noviembre de 1799 se inaugure la escuela, colocada bajo la protección de San Telmo, desde antiguo patrono de los marinos. Estuvo a cargo como director el ingeniero Pedro Cerviño y subdirector el agrimensor Juan Alsina. Fue un precursor de la enseñanza náutica. La escuela fue concebida como un instituto de nivel superior y organizada con la máxima seriedad, encontrándose a la par de sus similares europeas. El ingeniero Cerviño, en el acto de la inauguración de la Escuela , oportunidad en que se encontraban presentes, Belgrano y las más altas autoridades del Virreynato. “Con frutos y Marina –dijo Cerviño- haremos un comercio activo; nuestras relaciones mercantiles tomarán la extensión de que son capaces; ya no seremos comisionistas serviles de los extranjeros; nuestras embarcaciones irán a los puertos del norte; los fieles que hasta ahora han utilizado y dado fomento a la marina de los enemigos del Estado, se difundirán en la Nación y la harán más rica y opulenta”. Este polémico discurso, que contó sin duda con la entusiasta adhesión de Belgrano y de otros patriotas, recibió sin embargo duras críticas de hombres como Alzaga, típico representante del comercio monopolista, quien lo calificó de “insolente, herético y subversivo”, obstaculizando su impresión. En sus escasos años de vida, pasarán por la escuela jóvenes que adquirieron destacada actuación posterior, como el General Fernández de la Cruz , jefe del Ejército del Norte y ministro de guerra y marina durante varios gobiernos; el general Lucio Mansilla, guerrero del Ejército de los Andes y del Ejército que hizo la guerra al Brasil; además héroe del Combate de la Vuelta de Obligado, los destacados artilleros José María Rojas y Luis Argerich, que llegaron a construir cañones para el ejército patrio: Felipe Pereyra, que actuó en la campaña de los Andes, del sur de Chile y la de puertos intermedios y participó en la defensa de Carmen de Patagones durante la guerra con el Brasil, y muchos otros, de quienes dijera Sarmiento: “Si no llegaron a dirigir buques, gobernaron la difícil nave del Estado”.
Opinan Cuccorese y Panettieri: “…la posibilidad de formar una verdadera flota mercante nacional queda frustrada cuando los gobiernos patrios aplican, por imperio de las circunstancias, la libertad económica sin las respectivas leyes que reglamenten su ejercicio. Llegan al puerto de Buenos Aires, entonces, navíos extranjeros –principalmente ingleses- que se encargan de embarcar, percibiendo altos fletes, nuestros saldos exportables”.
Otras acciones náuticas de Belgrano
Cualquiera fuere el lugar en que se encontrara, la preocupación de Belgrano siempre abarcó los mas diversos aspectos. Así, en 1817, desde la jefatura del Ejército del Norte, escribía al gobernador Güemes para incitarlo a emprender una expedición al Chaco y a fundar fuertes en esa zona, promoviendo la navegación del Bermejo, “única capaz –le dice- de poner a esa provincia en el estado de mayor prosperidad”. También se recuerda, la participación que tuvo Belgrano durante sus últimos días, en la organización de la expedición, que en noviembre de 1820 llegaba a Las Malvinas para afirmar la soberanía nacional sobre las islas. Un sobrino de Belgrano, el subteniente Luciano Castelli, habría tenido a su cargo izar la bandera nacional en Malvinas, acto que se habría cumplido en noviembre de 1820. Unos meses antes fallecía en Buenos Aires don Manuel Belgrano, uno de los hombres más esclarecidos y patriotas del naciente país.
La Liga Naval Argentina adhiere a la conmemoración del día de la creación de nuestro emblema nacional haciendo un aporte que recuerda a su creador don Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, quien fue un intelectual, economista, periodista, político, abogado y militar de las Provincias Unidas del Río de La Plata. Participó en la Revolución de Mayo, en la guerra de la Independencia y fue el creador de nuestra Bandera Argentina, el 27 de febrero de 1812 a orillas del Paraná, en Rosario. “Belgrano no tenía, como el mismo lo ha dicho, grandes conocimientos militares, pero poseía un juicio recto, una honradez a toda prueba, un patriotismo puro y desinteresado, el más exquisito amor al orden, un entusiasmo decidido por la disciplina y un valor moral que jamás se ha desmantelado”, dijo el general José María Paz. Murió en la pobreza, a pesar de que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata antes de que Manuel Belgrano se comprometiera con la causa de la Independencia.
La LNA saluda afectuosamente al Instituto Belgraniano del Chaco y se adhiiere a sus celebraciones en este dia. |