Finaliza 2014, el año tal vez mas caótico en todo lo relacionado con la formación, titulación, capacitación y habilitación del personal de la Marina Mercante Nacional. Funcionarios devenidos en legisladores han seguido "promulgando" normas en una suerte de puja para marcar territorios de poder so pretexto de querer ser eficientes a la hora de implementar el nunca bien traducido STCW.

Autoridad de Aplicación, Autoridad de Administración y ejecución, Autoridad de Titulación, Inspecciones, revisiones, normativa provisoria, control cruzado, etc.. Antes de llegar a la inexorable Autoridad Marítima que en definitiva será quien en la práctica le indique al marino si está en condiciones de ejercer su profesión o no.

Miles de horas de empleados públicos invertidas en inventar innecesarios mecanismos de control, que controlan por ejemplo a institutos de formación oficiales de la misma manera que lo hacen con fundaciones gremiales de segundo nivel. Personal de la Armada cuya firma debe ser revalidada por otro personal de la propia Armada. Dudas sobre los datos que el tripulante exibe en su libreta de embarco, la que se encuentra refrendada por los capitanes de los buques que son funcionarios públicos por ley; y al menos para el acto de refrendo de constancias de embarco o desembarco.

Mal trato; no por mala educación de los funcionarios, sino por el mero hecho de tener que esperar meses para obtener el derecho humano de poder trabajar. Alguna luz de esperanza; una página web que llega tarde (pero mejor que nunca) que promete agilizar un poco algo que en el resto del mundo funciona de manera aceitada y que por alguna extraña razón en nuestro país no llega a funcionar.

Los marinos mercantes necesitan imperiosamente poder ejercer el elemental derecho a ser auditados por sus pares; como lo hacen los médicos, los arquitectos, los abogados. Deben tener que rendir cuentas a alguna autoridad nacional como todos, PERO SÓLO A UNA, no a tres, y no a tres de las cuáles una tiene a su vez controles entre sus propios organismos de los que aparentemente desconfía

Dios quiera que 2015 sea además del año de la renovación democrática de nuestras autoridades, el año en el que por fin se comprenda que la dignidad de la profesión del marino debería ser respetada por todos y todas.

Feliz 2015
Fernando C. Morales
Vicepresidente Liga Naval Argentina