En el mediodía del sábado 5 de noviembre y luego de sortear varios contratiempos, arribaron finalmente al puerto metropolitano, los cuatro remolcadores rusos que con más de 30 años de duro servicio en el Ártico. Las unidades pasan a integrar la "renovación" de la flota militar Argentina, en una intención más testimonial que realmente operativa; ya que por mucho que se los denomine pomposamente "Avisos" no dejan de ser remolcadores de uso civil y con tecnología bastante obsoleta por cierto.
Ceremonia llegada de barcos
Según lo que las propias autoridades de defensa señalaron, estas cuatro "nuevas unidades" aportarán a las operaciones navales en la Antártida, contribuyendo a las tareas de salvaguarda de la vida humana en el mar. Contribuirán al patrullado de nuestro extenso litoral marítimo y servirán como apoyo a la casi inoperable flota de mar.
Una lista un tanto pretensiosa si se tiene en cuenta que estas veteranas unidades navales, desarrollan a lo sumo una velocidad de 10 nudos, los que los pone por debajo de cualquier pesquero medianamente moderno con velocidades de más de 14 nudos.
El fin de ciclo le restó brillo al acto que no pudo ser utilizado para la campaña electoral
Asimismo muy distinta es la configuración de un buque según se lo afecte al patrullado, al rescate humanitario o al servicio antártico. Pero también puede ser posible que cada unidad sea destinada a un uso distinto. Habrá que verlo cuando estén en servicio, lo que no será inmediato ya que las naves entrarán en un periodo de reparaciones.
Un detalle no menor y positivo es que según le confiara el broker responsable de la importación de estas unidades a MARINA DIGITAL, las mismas llegan al país con un certificado LIBRE DE ASBESTOS, una preocupación que toda la comunidad marítima había manifestado por el riesgo de introducir material cancerígeno a las aguas nacionales.
Chile entretanto, incorpora nuevos patrulleros artillados
El fin de semana largo y la casi fenecida gestión del ministro Rossi, le quitaron un poco de brillo al acto. Si se hubieran cumplido los tiempos originales, hubiera sido la Comandante en Jefe la que los hubiera recibido y la que seguramente con su tono épico le hubiera dado otro tono a la ceremonia.
Poco público y excesiva seguridad fueron el sello distintivo del acto. En su mayoría familiares de las cuatro dotaciones de marinos que los tripulaban y que expresaban su alegría por el reencuentro.
En este sentido, causa sorpresa escuchar las declaraciones del comandante del grupo de tareas que estuvo al frente del convoy naval, al expresar reiteradamente el sacrificio de la tripulación "alejada de sus familias por mucho tiempo", es de suponer que un marino se forma para que el mar sea su medio natural de vida. Un observador le confió a este medio que este tipo de declaraciones son propias de una fuerza que ha perdido la costumbre de navegar.
Ver a un oficial superior explicar como la tripulación hacía esfuerzos para enviar "mensajes de texto" a su familia no suena muy profesional, acotó.
Familiares recibieron a las dotaciones embarcadas
Entretanto la comunidad naval se debate entre dos posiciones antagónicas, por un lado algunos sostienen que una marina con unidades de más de 70 años de vida como la nuestra, necesita una renovación aunque sea con este tipo de unidades de descarte en el primer mundo.
Otros expertos peritos navales, argumentan que lo obsoleto de la tecnología terminará convirtiendo a algunos de los buques en fuentes de repuesto de los otros; algo que ya ha ocurrido en la Armada.
Para sumar confusión a esta situación, cabe recordar que el Vicepresidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados Julio César Martínez requirió en 2014 un amplio pedido de informes al Ministerio de Defensa por la compra de estas unidades.
http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=1234-D-2015
Curiosamente ahora Martínez será el Ministro de Defensa que los deberá poner en servicio, a pesar de ser un convencido de lo negativo de esta adquisición.
Como sea, las naves ya integran el patrimonio de la Marina de Guerra y habrá que poner los mejores esfuerzos para hacerlos navegar, con las bondades y limitaciones que posean y no dejar de insistir ante las autoridades políticas sobre la necesidad de poner a la Armada Argentina nuevamente en condiciones operativas, evitando que termine de transformase en una fuerza meramente testimonial con una buena banda de música y un grupo de hombres y mujeres aptos para desfilar.
Esperamos sinceramente que en esta nueva etapa institucional de recuperación de la patria, esto sea posible.
Las cuatro unidades usadas surtas en el puerto de Buenos Aires |