En las instalaciones de Yacht Club Puerto Madero, tuvo lugar en la mañana de ayer, la presentación en sociedad del Nuevo Remolcador “Rua Don José” propiedad de la empresa naviera RUA S.A. y construido en el país por el Astillero nacional UNIDELTA.

A la cita acudieron además de altas autoridades de la Prefectura Naval y la Armada, el grueso del empresariado marítimo, de la industria naval, los gremios de la actividad y una nada despreciable cantidad de funcionarios del Gobierno de Mauricio Macri, entre ellos el Viceministro de Trabajo, el Subsecretario de Puertos y Vías Navegables Jorge Metz y el Subsecretario de la producción del ministerio del mismo nombre.

Sin decirlo (al menos en voz alta) empresarios, sindicalistas y funcionarios llegaron al lugar con las expectativas puestas en cómo se desarrollaría el primer encuentro multisectorial público desde que se desatara la “crisis de los remolcadores”, motivada por la contratación de 9 remolcadores daneses para reemplazar el servicio de apoyo a los buques gaseros que operan en Bahía Blanca y Escobar y que hasta la fecha es realizado por la naviera local Trans Ona.

Abrió el fuego el Vicepresidente de la Federación de la Industria Naval Argentina  Ing. Raúl Podetti, quien sin tapujos abogó por la modificación de las normas que permiten la importación definitiva de buques usados y que son (al decir del empresario) una verdadera competencia desleal contra el desarrollo de una industria naval local.

Luego de reclamar medidas concretas para rehabilitar los más de 30 astilleros nacionales que desde hace años fueron diezmados por la desregulación de la actividad, expuso que a la luz del resultado, la construcción del “ Don José” es la major muestra de la capacidad y talento local.

En tono más conciliador tanto el Constructor de la Nave como su propietario, lanzaron señales más amistosas, que prologaron los discursos de los funcionarios nacionales. En el caso del responsible máximo del área Jorge Metz (oficial de la Marina Mercante Nacional), manifestó un firme respaldo a la actividad industrial local, pero no pudo dejar de remarcar que en esta actividad “más allá de la herencia K, la actividad viene en retroceso desde hace más de 25 años”.

No perdió la oportunidad de recordale al empresario anfitrión, que muchos de los buques que integran su actual flota, son también Importados, ya que no existía la menor posibilidad de construir en el país.

No pasó desapercibido el apoyo que Juan Esperoni; el veterano referente de los obreros de la industria naval, brindó a Metz los discursos de los representantes de Trabajo y Producción, que apuntaron en la misma Dirección.

Si bien la jornada culminó en un clima de cordialidad, los empresarios del ramo han judicializado la licitación de ENARSA que permitió la llegada de remolcadores extranjeros y prometen llegar a las últimas consecuencias y no descartan que si definitivamente pierden su lugar en el Mercado de los gaseros, no les quedará otra alternativa que reducir sus plantillas de personal navegante.