A fines del siglo XIX, un grupo de destacadas personalidades, guiadas por el genio creador del Dr. Luis R. Estrada, intentó construir una entidad similar a la que hoy es la Liga Naval Argentina.
Actuaban inspirados en el noble propósito de inculcar en el ciudadano la idea y el conocimiento de lo que el mar significa para nuestra Nación. Sin embargo, esa iniciativa no prosperó en aquel momento.
Durante el año 1904 un hecho de trascendencia histórica conmovió a nuestro pueblo, demostrando ante todo el mundo, no únicamente nuestra vocación agropecuaria, sino también que esta joven República era una cuna de valientes marinos.
En efecto la Corbeta Uruguay había logrado en los impenetrables hielos polares el rescate victorioso de los náufragos del Antartic, nave de la expedición del sabio sueco Otto Nordenskjold, entre cuyos miembros figuraba un joven marino argentino el Alférez José María Sobral.
Este acontecimiento atrajo la mirada del país todo hacia el mar, una nueva inquietud nacía y con ella el interés por las posibilidades que él nos creaba.
Se hacía necesario entonces fijar esa atención. El momento era propicio para echar las bases de una gran obra y así lo entendieron muchos de nuestros compatriotas. Ilustres argentinos intentaron otra vez crear una entidad encargada de convocar la atención pública hacia el quehacer marítimo.
La iniciativa impulsada en enero del año 1904 por el Alférez Héctor Godoy, sumaba más de 200 adhesiones, entre las cuales estaba la de Luis Estrada, autor del proyecto propuesto en 1889. En esta oportunidad, la idea debió ser nuevamente postergada.
En 1916, un brillante exponente de la Armada Argentina, de profunda visión y clara inteligencia, el Almirante Segundo Storni, dictó una conferencia en los salones del diario "La Prensa" de esta capital. Los conceptos señeros de aquella disertación, muchos de ellos válidos aún en nuestros días, llamaron poderosamente la atención de autoridades e ilustres personalidades del país.
A partir de entonces fue madurando la idea de crear jurídicamente una institución que se preocupaba por los "Intereses Argentinos en el Mar", tal el título de la conferencia del Almirante Storni.
Sólo 17 años después, el 10 de mayo de 1933 nació la Liga Naval Argentina, cristalizando esa vieja aspiración largamente acariciada por marinos y civiles. No pretendían suscitar vocaciones marítimas. lo que deseaban era formar una opinión pública interesada en cuestiones marítimas. De allí surge su lema fundacional: "POR UNA MAYOR CONCIENCIA MARITIMA".
La Asamblea de fundación se llevó a cabo en el salón de actos de "La Prensa" y se eligió Presidente al Almirante Juan A. Martín, quien ocupó ese cargo honorífico hasta el año 1936.
Durante su presidencia, la Liga Naval Argentina tramitó y obtuvo la personería jurídica que le fuera otorgada mediante el Decreto N° 63.201, el 8 de julio de 1935.
Nació el 29 de enero de 1890 en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, hijo de Pedro Justo Piñeiro y de Virginia Cordiviola, quedó huérfano de padre y madre a los 3 años de edad, eran 4 hermanos, 3 de ellos médicos y él Ingeniero Naval.
Cursó la primaria en San Nicolás y la secundaria en Buenos Aires, una vez recibido de bachiller a los 17 años se fue con su íntimo amigo José Manuel Pirovano a Inglaterra y luego a Escocia donde se graduó como Ingeniero Naval, Dr. en Ciencias Económicas y Dr. en Ciencias Exactas en la Universidad de Glasgow, más tarde perfeccionó sus conocimientos en Estados Unidos, regresó a Buenos Aires siendo el primer Ingeniero Naval, ya que por entonces no existía la carrera en la Argentina, realizó una intensa y útil actividad profesional, aparte de su dedicación a la construcción naval, como proyectista y director. Fue técnico del Ministerio de Obras Públicas donde desempeñaba un cargo de responsabilidad en la Dirección de Navegación y Puertos, dictó cátedras en la Escuela Industrial de La Nación Nº 3 y en el Colegio Nacional Sarmiento.
El Ing. Piñero fue el de la iniciativa de la fundación y activo colaborador de la Liga Naval Argentina, también fundó y dirigió la revista “Náutica”, se dedicó a la construcción de Yates, como “EL METEJON”, “ACHALAY” 1, 2 y 3 entre otros, ya que por su profunda devoción por los barcos es imposible detallar todos.