D铆as atr谩s amarr贸 uno de los buques que atiende en forma regular el comercio bilateral con Brasil y, al regresar, ya tenia a 14 de sus 20 tripulantes con covid-19 declarado.
Publicado: 26-05-2020
La tripulaci贸n sali贸 de Brasil ya infectada y, entonces, ocurri贸 un impacto adicional: el pr谩ctico argentino que subi贸 al buque para su conducci贸n al muelle, fue contagiado. Pero antes de confirmar el positivo, 茅l subi贸 a 2 buques m谩s a cumplir con su labor. Un desastre todo. Desde el lunes 25/05 comienza a regir uno de los tantos protocolos que armaron para que no vuelva a suceder pero que, de tan estricto, es impracticable. Y siempre puede ocurrir algo peor: no integra ning煤n acuerdo entre Canciller铆as: no es de cumplimiento obligatorio. Los armadores brasileros enfilaron hacia la ruta m谩s directa: si se complica, no viajan a los puertos argentinos. Entre el transporte mar铆timo pendiente se encuentran los veh铆culos que argentinos presurosos decidieron comprar para aprovechar las ofertas de las automotrices y concesionarios.
Resulta casi imposible en el presente referirse a cualquier actividad relacionada con el desenvolvimiento social, cultural, econ贸mico o simplemente dom茅stico de los seres humanos sin hacer menci贸n expresa a las ya famos铆simas palabras COVID-19, Coronavirus y pandemia.
No le aporto nada nuevo al lector al recordar que, viajar a Europa es casi tan imposible como pretender moverse dentro del territorio nacional y -a partir de las pr贸ximas horas- casi lo mismo le ocurrir谩 a quien pretenda cruzar la infranqueable frontera llamada 鈥淕eneral Paz鈥.
Tal como recordar谩n los lectores de esta columna, luego de dos meses de confinamiento y abstinencia consumista, pasamos a un 鈥渁blandamiento鈥 del encierro y se nos concedieron derechos tales como: salir a estirar las piernas en proximidad de nuestro domicilio, ir a una perfumer铆a, jugueter铆a o corral贸n de materiales (aunque no se puede levantar una pared en forma legal). Todas estas 鈥渃onquistas鈥 se agregaron a la nunca interrumpida posibilidad de comprar alimentos, bebidas y medicamentos.
Uno de los apote贸ticos momentos por muchos esperado aconteci贸 el pasado 14 de mayo cuando se autoriz贸 la reapertura de las agencias de venta de autom贸viles. Ese d铆a mientras que para el Estado Nacional el d贸lar cotizaba a no m谩s de $ 65,50 por unidad, en el mercado paralelo el mismo billete se negociaba en torno a los $ 130. 隆Bingo! As铆 las cosas y en forma autom谩tica desde un utilitario a un 鈥渁lta gama鈥 tope de l铆nea quedaron mucho m谩s cerca de los bolsillos de los potenciales compradores.
Barbijo y calculadora
Con 鈥渆stricto protocolo sanitario鈥 inventado por cada gerente de sucursal y con tapaboca, alcohol en gel, l铆neas pintadas en el piso y distancia social, las concesionarias abrieron sus puertas y comenzaron a recibir consultas. Muchas operaciones se concretaron, pero鈥 autos lo que se dice autos f铆sicos casi no hay.
Sacando algunas unidades alta gama totalmente importadas existentes en los dep贸sitos las respectivas agencias, el grueso de los clientes recibi贸 planteos mas o menos parecidos a este:
鈥淪i le tomamos su usado, pero seguramente no le va a convenir el precio. Le conviene vender por su cuenta. La operaci贸n es as铆. Traiga los d贸lares hoy y cancele el precio 铆ntegramente as铆 ya se queda tranquilo que no habr谩 variaciones. Tenemos prometido stock para fines de setiembre o principios de octubre y si quiere pagar con su usado como parte del precio lo debe dejar hoy mismo en la agencia鈥. Esta operatoria fue la que propusieron al menos las agencias que comercializan veh铆culos que forman parte del intercambio automotriz ente Argentina y Brasil. El mismo se realiza por v铆a mar铆tima, lo que en las actuales circunstancias presupone un peque帽o gran problema.
Barcos que tal vez no lleguen
Si bien los desvelos de las autoridades pol铆ticas y sanitarias del pa铆s estuvieron centrados en el cierre de fronteras, el ya mencionado confinamiento social y las restricciones casi totales al movimiento aerocomercial nacional e internacional, los puertos y el movimiento de buques de pasajeros y mercader铆as, no pas贸 (durante toda la primera etapa de la crisis) por el radar gubernamental. Decenas de cruceros siguieron arribando a nuestros puertos hasta que un esc谩ndalo de proporciones desatado en Ushuaia cuando las autoridades portuarias de Tierra del Fuego permitieron el descenso de pasajeros del buque 鈥淐oral Princess鈥 -el que d铆as despu茅s present贸 a decenas de infectados por COVID entre sus pasajeros y tripulantes- hizo que finalmente las fronteras h煤medas fueran objeto de inter茅s.
A partir de este hecho, entre la Subsecretar铆a de Puertos y V铆as Navegables la que a煤n no tiene un titular formalmente designado) y los distintos sectores del quehacer mar铆timo nacional, se conform贸 un Comit茅 de Crisis y se comenzaron a redactar los consabidos protocolos de actuaci贸n para dar el tratamiento adecuado a los centenares de buques que mensualmente entran y salen de los puertos de todo el pa铆s.
Si bien a pesar de las protestas de algunos actores que vieron resentidas sus utilidades comerciales por efectos de las demoras que todo control extra conlleva para la operatoria de un buque, el sistema pareci贸 funcionar m谩s o menos en forma adecuada hasta que hace pocos d铆as ocurri贸 lo m谩s temido y lo que nadie se anim贸 hasta ese momento a mencionar en vos alta.
La peste llega de Brasil
El 02 de mayo arrib贸 al puerto de Buenos Aires el buque portacontenedores 鈥淟OG-IN Jatob谩鈥 procedente del puerto de Santos (S. Paulo) con 21 tripulantes brasile帽os. La nave recibi贸 a bordo frente al puerto de Montevideo a los 2 pr谩cticos argentinos responsables de su navegaci贸n por el canal de acceso al puerto metropolitano hasta su amarre.
El 05 mayo la nave emprendi贸 el regreso a Brasil y al arribar se constat贸 que 14 de sus tripulantes estaban infectados con coronavirus. La frutilla del postre: uno de los pr谩cticos argentinos fue contaminado a bordo y para colmo de males hasta que se enter贸 de su situaci贸n continu贸 trabajando con lo que la cadena de contagios posibles a煤n no se conmensurado por completo.
Este hecho encendi贸 tard铆amente las alarmas que a煤n no se hab铆an activado, y hace pocas horas las autoridades portuarias pusieron en vigor una en茅sima versi贸n del protocolo sanitario portuario el que entre otras cosas establece:
** Declaraci贸n de mar铆tima de salud, certificado de control de sanidad a bordo, lista de tripulantes y pasajeros,
** listado de los 10 煤ltimos puertos,
** declaraci贸n de salud de cada tripulante,
** reporte de temperaturas tomado cada 12 horas durante todo el viaje y para cara tripulante,
** reporte de libro m茅dico y lista de los medicamentos usados a bordo,
** declaraci贸n de tratamiento de residuos y
** una interminable lista de requerimientos que a ojos de los expertos minimiza el riesgo de que vuelva a ingresar una nave contaminada desde el exterior.
鈥淓l protocolo es casi perfecto, excepto por una cosa. Es imposible ponerlo en pr谩ctica鈥, sostiene un reconocido empresario naviero nacional.
鈥淓s que en pa铆ses como Brasil en los que se ha dado un abordaje muy diferente al tema del control sanitario y las consecuentes restricciones al movimiento de personas, es literalmente imposible hacer que por exigencias de una simple autoridad portuaria extranjera y sin mediar acuerdo entre canciller铆as se puedan imponer exigencias que la normativa mar铆tima internacional no contempla. Sencillamente los buques dejar谩n de venir, al menos los procedentes de Brasil鈥, completa la fuente.
Lo que m谩s alarma al sector naviero por estas horas es la exigencia (razonable) que las naves procedentes de zonas de riesgo (Brasil lo es) cumplan una cuarentena de 14 d铆as contados desde la zarpada del 煤ltimo puerto anterior a un puerto argentino.
Para el caso del transporte de veh铆culos procedentes del vecino pa铆s esto implica que un viaje de 3 d铆as sufra un adicional de 11 d铆as m谩s en concepto de espera sanitaria. Nadie establece a煤n qui茅n paga esa demora en cada viaje a un promedio de US$ 20.000 o US$ 30.000 diarios. El negocio en estas circunstancias no cierra y las navieras del mundo no son operadas ni por samaritanos ni por sanitaristas, el origen del negocio naviero viene de los fenicios.
Si bien no puede afirmarse rotundamente que estas medidas de protecci贸n sanitaria determinaran la paralizaci贸n casi total del tr谩fico comercial no imprescindible entre Brasil y Argentina, lo que reina por estas horas es incertidumbre. Mucha incertidumbre.
Por eso querido amigo lector, si est谩 por comprar un auto procedente de Brasil, adem谩s de preguntar por las prestaciones de ese preciado bien, no deje de preguntar: "驴Cu谩ndo llega el barco?".
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