La otra guerra de las Malvinas.
La guerra de las Malvinas, el breve conflicto entre Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en 1982, se cobr贸 la vida de 649 soldados argentinos. Muchos fueron enterrados en un cementerio de las islas y permanecieron all铆 sin identificar durante d茅cadas. En 2016, los dos pa铆ses firmaron un acuerdo para la identificaci贸n de los cuerpos, pero lo que parec铆a una tarea noble desat贸 un conflicto inesperado que involucr贸 a Gobiernos, organizaciones de derechos humanos y familiares de los ca铆dos.
Publicado: 13-10-2020
En 1982 la Argentina estaba gobernada por una dictadura bajo el mando del teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri. El 30 de marzo el movimiento obrero convoc贸 una marcha hacia la plaza de Mayo, en Buenos Aires. Desde 1976 el r茅gimen militar hab铆a secuestrado y asesinado a miles de ciudadanos, suprimido el derecho a huelga y prohibido la actividad gremial. Aun as铆, cincuenta mil personas convergieron en la manifestaci贸n que se realiz贸 bajo el lema Paz, Pan y Trabajo, entre gritos de 鈥溌altieri, hijo de puta!鈥, y termin贸 con enfrentamientos salvajes y m谩s de tres mil detenidos.
Apenas dos d铆as despu茅s, el 2 de abril, en la misma plaza, cien mil ciudadanos euf贸ricos alzaban banderas patrias y enarbolaban carteles con la leyenda 鈥淰iva nuestra Marina鈥, mientras un grito fervoroso avanzaba como la proa de un barco bestial: 鈥溌altieri, Galtieri!鈥. La televisi贸n mostraba al teniente general abri茅ndose paso entre una multitud rugiente que se disputaba espacio para abrazarlo. La voz de una locutora relataba con vehemencia: 鈥溌a salido el excelent铆simo se帽or presidente de la Naci贸n a saludar a su pueblo! Todos lo han vitoreado. El se帽or presidente se acerc贸 a esta multitud que lo aclamaba tanto a 茅l como a las Fuerzas Armadas por la actitud hist贸rica tomada en las 煤ltimas horas. 隆Gracias, gloriosa Armada Nacional!鈥. La locutora, el pueblo, el teniente general celebraban que, horas antes, tropas nacionales hab铆an desembarcado en las islas Malvinas, un archipi茅lago del Atl谩ntico sur que llevaba 149 a帽os bajo dominio ingl茅s con el nombre de Falklands Islands, y cuya soberan铆a se reclamaba desde siempre.
Sigui贸 una guerra corta, de setenta y cuatro d铆as. Pocas cosas se detuvieron en el pa铆s por ese conflicto. La selecci贸n de f煤tbol viaj贸 al Mundial de Espa帽a y debut贸 el 13 de junio con un partido en el que perdi贸 contra B茅lgica. Al d铆a siguiente, la guerra termin贸. El teniente general Galtieri anunci贸 la rendici贸n de esta manera: 鈥淣uestros soldados lucharon con esfuerzo supremo por la dignidad de la naci贸n. Los que cayeron est谩n vivos para siempre en el coraz贸n y la historia grande de los argentinos (鈥) Tenemos nuestros h茅roes. Hombres de carne y hueso del presente. Nombres que ser谩n esculpidos por nosotros y las generaciones venideras鈥. Seiscientos cuarenta y nueve soldados y oficiales argentinos murieron en combate. El nombre de m谩s de cien de ellos demor贸 treinta y cinco a帽os en ser esculpido. No en la historia grande sino en una l谩pida.
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Con esta camisa iba a bailar.
Estas son las cartas que nos mand贸 desde las islas.
Esta es la cadenita que le regal贸 la novia, el anillo de casado, el reloj, el carnet de la Armada, las fotos de la dentadura y del ata煤d y de la fosa que est谩n en el informe que nos entregaron los forenses.
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Al terminar la guerra, miles de soldados regresaron a sus casas pero, salvo excepciones, el Estado no notific贸 oficialmente la muerte de los que no volvieron. D铆a tras d铆a, semana tras semana, cientos de familiares recorrieron los cuarteles buscando al muerto vivo, al despedido al pie de un autob煤s semanas antes. Apostados al otro lado de los muros gritaban: 鈥溌柯lguien sabe d贸nde est谩 Andr茅s Folch?!鈥; 鈥溌raujo, soldado Araujo!鈥.
Entretanto, el ej茅rcito ingl茅s, que hab铆a sufrido 255 bajas, envi贸 a las islas a un oficial de 32 a帽os llamado Geoffrey Cardozo con el fin de ayudar a su tropa en la posguerra. Cardozo encontr贸 un panorama inesperado: los cuerpos de los argentinos segu铆an esparcidos en el campo. Lo comunic贸 a sus superiores y, en noviembre de 1982, el gobierno brit谩nico present贸 una nota a la junta militar argentina preguntando qu茅 hacer. Seg煤n sostiene el historiador Federico Lorenz en el texto El cementerio de guerra argentino en Malvinas: 鈥淓l gobierno militar respondi贸 (鈥) autorizando el entie颅rro de sus soldados ca铆dos, pero 鈥渞eserv谩ndose el derecho de decidir, cuan颅do sea adecuado, acerca del traslado de los restos (鈥) desde esa parte de su territorio al continente鈥. Las idas y vueltas se debieron a que las consultas oficiales brit谩nicas inclu铆an la palabra 鈥渞epatriaci贸n鈥, algo inadmisible para la Argentina en tanto considera a las islas parte de su territorio鈥. As铆 fue como el destino de cientos de cad谩veres qued贸 reducido a un asunto sem谩ntico.
Geoffrey Cardozo recibi贸 la orden de armar un cementerio. Encontr贸 un lugar en el istmo de Darwin. Recogi贸 cad谩veres insepultos, exhum贸 los sepultados, revis贸 uniformes buscando documentos, carnets, placas identificatorias: los rastros de la identidad esquiva. Logr贸 reunir docientos treinta cuerpos pero ciento veintid贸s de ellos -restos mudos, sin placas ni documentos- quedaron sin identificar. Los traslad贸, a todos, al cementerio. Los envolvi贸 en tres bolsas y, en la 煤ltima, escribi贸 con tinta indeleble el nombre del sitio donde hab铆an sido encontrados. En las cruces de quienes no ten铆an nombre hizo grabar una leyenda: Soldado argentino s贸lo conocido por Dios. Elabor贸 un informe minucioso y lo remiti贸 a su gobierno que, a su vez, lo remiti贸 a la Cruz Roja que, a su vez, lo remiti贸 al gobierno argentino. El cementerio se inaugur贸 el 19 de febrero de 1983. Luego, Cardozo volvi贸 a Inglaterra. No regres贸 a las islas pero jam谩s dej贸 de pensar en ellas.
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Excombatiente y superviviente de la guerra de las Malvinas, en la que murieron 649 soldados argentinos: C茅sar Trejo. MARIANA ELIANO
Yo supe c贸mo hab铆a muerto mi hermano veinticinco a帽os despu茅s de la guerra.
Yo pens茅 que ese cementerio estaba vac铆o.
A m铆 me hab铆an dicho que estaban en una fosa com煤n.
驴C贸mo nadie nos dijo nada del trabajo que hab铆a hecho Cardozo?
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En 1982, un militar llamado H茅ctor Cisneros -cuyo hermano, Mario El Perro Cisneros, tambi茅n militar, hab铆a muerto en la guerra y cuyos restos no hab铆an sido identificados- fund贸 la Comisi贸n de Familiares de Ca铆dos en las Islas Malvinas que sent贸 una l铆nea de pensamiento clara: todos 鈥搒oldados y oficiales- eran h茅roes; todos eran el 煤ltimo basti贸n argentino en las islas y deb铆an permanecer all铆.
En 1983 termin贸 la dictadura, se restableci贸 la democracia y la guerra qued贸 en la memoria como el intento ag贸nico del r茅gimen militar por unir al pueblo en torno a una causa 茅pica. Ni los sucesivos gobiernos democr谩ticos ni las fuerzas armadas entraron en contacto con -o confeccionaron un registro de- familiares de los soldados muertos; jam谩s notificaron esas muertes de manera oficial ni proporcionaron datos acerca de c贸mo se hab铆an producido.
En 1999, un acuerdo entre pa铆ses otorg贸 a la Comisi贸n de familiares el mantenimiento del cementerio y en 2004 uno de los empresarios m谩s ricos del pa铆s, Eduardo Eurnekian, coste贸 su remodelaci贸n. Reemplaz贸 las cruces de madera por cruces blancas, hizo colocar l谩pidas de p贸rfido negro, alz贸 un cenotafio con los nombres de los ca铆dos. As铆, en los aniversarios de la guerra, los medios argentinos comenzaron a publicar im谩genes de ese sitio de pulcritud vascular, una geometr铆a perfecta crucificada por el viento a la que muchos cre铆an un espacio simb贸lico, vac铆o.
Durante todo ese tiempo, el oficial ingl茅s Geoffrey Cardozo conserv贸 una copia de su informe, convencido de que el Estado argentino lo hab铆a dado a conocer a los familiares. Pero en 2008 supo que no: que los familiares ni siquiera sab铆an de su existencia.
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El lunes 20 de agosto de 2018, a las ocho de la ma帽ana, un hombre camina hacia el bar La Biela, en el barrio porte帽o de la Recoleta, que a esa hora a煤n est谩 cerrado. Hacen dos grados bajo cero. Camina erguido, encendiendo una pipa. Al llegar a la esquina, con un espa帽ol cargado de acento brit谩nico, dice: 鈥淥h, no. Est谩 cerrado. Vamos a mi hotel鈥. El coronel brit谩nico Geoffrey Cardozo se hospeda a metros de all铆, invitado por el Gobierno argentino: la c谩mara de Senadores le ha entregado una menci贸n de honor por haber colaborado en el trabajo de identificaci贸n de los ca铆dos en el cementerio de Darwin. Apenas sentarse, empieza su relato en lo que, m谩s que una reacci贸n autom谩tica, parece un pragmatismo radical.
-Cuando fui a las islas mi jefe me ha dicho: 鈥淕eoffrey, tienes que enterrar a estos soldados, es humanitario鈥. Entonces hice un registro muy detallado, porque algo me dec铆a: A lo mejor en el futuro su pa铆s podr谩 exhumar para ver si es posible identificarlos
. Me march茅 sinti茅ndome mal por no haber identificado a todos.
Veintis茅is a帽os despu茅s de la guerra, en 2008, lleg贸 a Londres un excombatiente, Julio Aro, para asistir a jornadas sobre estr茅s postraum谩tico. Le asignaron un int茅rprete: Geoffrey Cardozo. A lo largo de tres d铆as Cardozo escuch贸, incr茅dulo, el relato de Julio Aro que dec铆a que ese a帽o hab铆a ido al cementerio de Darwin por primera vez, hab铆a buscado los nombres de compa帽eros a los que hab铆a enterrado y no entend铆a por qu茅 no estaban ni c贸mo era posible que hubiera tantos cuerpos sin identificar.
-Y ah铆 estall贸 mi furia 鈥揹ice Cardozo-. Yo entregu茅 ese informe a mi gobierno, que lo envi贸 a la Cruz Roja y al gobierno argentino. Todo en 1983. Y a帽os despu茅s veo que no sab铆an lo que hab铆a pasado. Una noche fuimos con Julio Aro a un pub y, despu茅s de tomar una cerveza, le di mi informe y le dije: 鈥淪abr谩s qu茅 hacer con 茅l鈥.
Pero Julio Aro no entendi贸 nada porque no hablaba una sola palabra de ingl茅s.
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El 11 de junio de 2019, a las seis y media de la tarde, Julio Aro, excombatiente y fundador de la Fundaci贸n No me olvides, que brinda apoyo a personas con estr茅s postraum谩tico, llega a un bar de Buenos Aires. En dos horas emprender谩 el regreso a la ciudad donde vive, Mar del Plata, a 400 kil贸metros de la capital. Aro fue a la guerra a los 19, poco despu茅s de haber terminado el servicio militar, entonces obligatorio. Cuando el conflicto termin贸, regres贸 a su pueblo 鈥揗ercedes, provincia de Buenos Aires-, en una larga fila de buses que demor贸 dos horas en recorrer los 煤ltimos kil贸metros: miles hab铆an ido a recibirlos.
-Pero despu茅s no se habl贸 m谩s. La familia no te preguntaba. Los amigos no te daban pelota.
Estudi贸 educaci贸n f铆sica, se mud贸 a Mar del Plata. La guerra era un recuerdo del que, a veces, brotaba un gemido inc贸modo. Hasta que en 2008 viaj贸 a las islas, busc贸 los nombres de sus compa帽eros en el cementerio y no los encontr贸.
-Ese a帽o fui a Londres con dos veteranos de guerra para unas jornadas sobre estr茅s postraum谩tico. Y ah铆 dijimos que no entend铆amos esa placa de Soldado argentino s贸lo conocido por Dios, que nosotros hab铆amos enterrado a nuestros compa帽eros. Me hab铆an puesto un int茅rprete, el coronel Geoffrey Cardozo. El 煤ltimo d铆a fuimos a un pub, y cuando salimos Geoffrey saca un sobre y dice: 鈥淪abr谩s qu茅 hacer con 茅l鈥. Y se va. Estaba todo en ingl茅s. Cuando volvimos a la Argentina lo hice traducir. Y cuando lo le铆 me dieron ganas de prenderlos fuego a todos. Porque el informe mostraba d贸nde se hab铆an encontrado los cuerpos, d贸nde estaba enterrado cada uno, y dec铆a que se hab铆a pedido al gobierno argentino que enviara a un grupo a reconocer a los que no hab铆a podido identificar Geoffrey. Y el gobierno no hizo nada.
En el informe hab铆a un n煤mero -16.100.924- que Cardozo hab铆a encontrado en el reverso de una medalla. Aro entendi贸 que se trataba de un documento de identidad. Lo google贸 y, en efecto, pertenec铆a a Gabino Ru铆z D铆az, 19 a帽os, muerto en la guerra. Fue a una oficina de Anses, una dependencia que paga jubilaciones y pensiones, y le pidi贸 a un amigo un favor ilegal.
-Le dije: 鈥淣ecesito saber qui茅n cobra la pensi贸n por este soldado鈥. Busc贸 y me dijo: 鈥淯na se帽ora que se llama Elma Pelozzo y que vive en San Roque, Corrientes鈥. Ten铆a que ser la mam谩 de Gabino. Agarr茅 la camioneta y me fui a San Roque, 1000 kil贸metros, con estos dos compa帽eros. Y la encontramos.
La madre era diab茅tica; el padre, enfermo de Alzheimer, usaba una silla de ruedas masticada por la furia del tiempo.
-Le preguntamos: 鈥淓lma, 驴te gustar铆a saber en qu茅 lugar del cementerio est谩 tu hijo?鈥. Y nos contest贸: 鈥溌緾贸mo no voy a querer?鈥. Ah铆 dijimos: 鈥淟a mam谩 quiere. 驴D贸nde est谩n las otras madres?鈥.
Nadie 鈥搉i el estado, ni el Ej茅rcito- sab铆a d贸nde estaban. De modo que tuvo que ir a buscarlas.
-Pero antes fui a ver a Luis Fondebrider.
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Excombatiente y superviviente de la guerra de las Malvinas, en la que murieron 649 soldados argentinos: Julio Aro. MARIANA ELIANO
La oficina de Luis Fondebrider, el presidente del Equipo Argentino de Antropolog铆a Forense (EAAF), parece un sitio del que alguien se estuviera llevando cosas de a poco. El espacio es as茅ptico comparado con el que ocupaba en el edificio antiguo del barrio del barrio de Once donde el Equipo funcion贸 hasta 2017, cuando se traslad贸 a este predio de simbolismos espesos. Al igual que la Secretar铆a de Derechos Humanos, el EAAF est谩 en el predio de la ex Escuela de Mec谩nica de la Armada, donde funcion贸 un centro de detenci贸n clandestino durante la dictadura militar. Para este grupo que existe desde 1984 con el objetivo de aplicar la antropolog铆a forense a casos de violencia de estado y delitos de lesa humanidad, mudarse aqu铆 fue un bucle parad贸jico y extra帽o.
-Nosotros siempre dijimos que desde lo t茅cnico, la identificaci贸n era posible -dice Fondebrider-. Cuando vino Julio Aro a plantearnos si pod铆a hacerse, le dijimos que s铆. Eran fosas ordenadas en un lugar acotado, potencialmente exist铆an muchas muestras de ADN. Pero ning煤n pol铆tico quer铆a debatirlo.
Hab铆a que salvar obst谩culos 鈥揵uscar familiares, exhumar muertos en territorio bajo dominio brit谩nico-, pero parec铆a una tarea noble. Identificar. Hacer los ritos de la muerte ante la cruz correcta. 驴Qui茅n pod铆a oponerse a eso?
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La periodista Gabriela Cociffi era, en 2008 directora de la revista Gente. Hab铆a cubierto la guerra a los 23 a帽os y, desde entonces, jam谩s hab铆a abandonado el tema. Julio Aro la contact贸, le habl贸 del informe de Cardozo, de su visita a la madre de Gabino, de su intenci贸n de buscar a las dem谩s. Cociffi le dijo: 鈥淗ag谩moslo鈥. Empezaron a recorrer, por su cuenta, ciudades y pueblos. El m茅todo era r煤stico, impropio: llegaban, preguntaban. 鈥溌縃ay alguna familia con un soldado ca铆do?鈥. Encontraron padres viejos que hab铆an reconstruido la muerte de sus hijos como quien hilvana un cotilleo antiguo; o que conservaban la esperanza de que anduvieran por ah铆, desmemoriados. Casi todos dec铆an que quer铆an saber. Sin embargo, un grupo se opuso categ贸ricamente a que las identificaciones se llevaran adelante: los padres y las madres de la Comisi贸n de Familiares de ca铆dos.
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Dec铆an que era un plan de los brit谩nicos para vaciar el cementerio y sacar la presencia argentina de las islas.
Dec铆an que iba a ser un carnaval de huesos.
Para nosotros eran todos h茅roes y no necesit谩bamos saber d贸nde estaba cada uno.
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Los a帽os pasaron. Aro y Cociffi viajaban buscando familiares. La Comisi贸n, cada tanto, emit铆a comunicados que dec铆an que 鈥渓as pericias gen茅ticas han sido rechazadas por los Familiares, por (鈥) hacer peligrar la permanencia de los restos de los H茅roes en el lugar en el que deben permanecer a perpetuidad鈥. En 2010 se desclasificaron documentos que develaron que H茅ctor Cisneros, el presidente de la Comisi贸n, hab铆a sido agente de inteligencia del batall贸n 601 del ej茅rcito durante la dictadura. Cisneros renunci贸 y asumi贸 en su lugar Delmira Cao, madre del soldado fallecido 鈥搉o identificado- Julio Cao. Ella, como Cisneros, se opuso a las identificaciones. Aro y Cociffi intentaron acercamientos a la presidencia de la Naci贸n, que ocupaba Cristina Fern谩ndez de Kirchner, pero el Estado no mostraba inter茅s en abordar un tema en el que se mezclaban una guerra declarada por la dictadura, ca铆dos entre los que hab铆a soldados rasos y oficiales, y una Comisi贸n fundada por un militar que hab铆a formado parte de los servicios de inteligencia.
Las cosas se pusieron en movimiento por un email. En diciembre de 2011, Gabriela Cociffi le escribi贸 al m煤sico brit谩nico Roger Waters, que preparaba una serie de recitales en la Argentina: "Le pedimos que ayude a estas madres de Malvinas que desde hace m谩s de 30 a帽os no tienen d贸nde dejar una oraci贸n o una flor". Lo envi贸 sin saber que 茅l ignoraba d贸nde estaba enterrado su propio padre, ca铆do durante la Segunda Guerra Mundial. Dos d铆as despu茅s, Waters le respondi贸: 鈥淭engo una reuni贸n con tu presidenta. Decime qu茅 necesit谩s que le pida鈥. El 6 de marzo de 2012, el ex Pink Floyd se reuni贸 con Cristina Kirchner y le pidi贸 por los soldados argentinos no identificados. Y el 2 de abril la presidenta anunci贸 que hab铆a dirigido 鈥渦na carta al titular de la Cruz Roja Internacional para que tome las medidas pertinentes e interceda ante el Reino Unido para poder identificar a los hombres argentinos y aun ingleses que no han podido ser identificados, porque cada uno merece tener su nombre en una l谩pida鈥. Poco despu茅s, la Cruz Roja arm贸 un grupo de trabajo formado por el Equipo Argentino de Antropolog铆a Forense, el ministerio de Justicia y el de Desarrollo social que comenz贸 a viajar por el pa铆s buscando y entrevistando familiares -se preguntaba por las caracter铆sticas f铆sicas de los ca铆dos que pudieran ayudar a identificarlos-, y tomando muestras de ADN.
Entonces empezaron los problemas de verdad.
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Familiares de soldados fallecidos en las Malvinas junto a cartas escritas por estos: Adriana Rodr铆guez, hermana del soldado Mario Rodr铆guez. MARIANA ELIANO
Virginia Urquizu es miembro del Equipo Argentino de Antropolog铆a Forense e hizo muchas entrevistas con los familiares.
-La primera entrevista que hicimos fue terrible. Era con la mam谩 de un ca铆do que era hijo 煤nico. Tocamos timbre. Un hombre respondi贸: 鈥淪oy el hijo, ya bajo鈥. Dijimos: 鈥淎c谩 pasa algo raro鈥. El ca铆do no ten铆a hermanos. Adentro estaba la mam谩 con otros hombres que se presentaron como hijos de ella. Eran excombatientes que ven铆an a presionar para que la madre no diera la muestra. Nos dijeron que ellos no iban a permitir que eso se hiciera, que 茅ramos profanadores de tumbas, que era un manejo para traer los restos al continente. La mujer s贸lo dijo: 鈥淵o voy a hacer lo que mis hijos digan鈥. Y no dio la muestra.
-Hubo familias que no dieron la muestra porque la Comisi贸n de familiares iba antes y les dec铆a: 鈥淣o lo hagan, esto lo est谩 usando pol铆ticamente el kirchnerismo, van a sacar los cuerpos y van a cerrar el cementerio鈥 鈥揹ice Luis Fondebrider-. Algunos organismos de derechos humanos, como las Madres de Plaza de Mayo, hab铆an ido a las islas y hablaron de los ca铆dos como de NN. La Comisi贸n se opone a que los llamen as铆. La palabra 鈥渄esaparecido鈥 en la Argentina remite a la dictadura, y varios de los h茅roes de Malvinas fueron represores. Es dif铆cil de procesar: un h茅roe de la patria que antes torturaba y mataba.
H茅ctor Cisneros, el militar y ex presidente de la Comisi贸n, recibi贸 a los miembros del grupo de trabajo y les dijo: 鈥淣o voy a dar la muestra, estoy en desacuerdo con el trabajo que van a hacer, y voy a hacer todo lo posible para que no se realice鈥.
Mientras, desde un cementerio casi siempre solo, los muertos irradiaban muertes que ya eran mucho m谩s largas que sus vidas.
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Es un d铆a de sol y en la oficina de la Procuraci贸n General de la Naci贸n donde trabaja Carlos Somigliana todo parece embutido a empujones: los dos escritorios, las tres sillas, las torres de papeles. Sin embargo, la ventana deja entrar una luz que le da al conjunto un aire amplio y campestre. Somigliana es abogado y forma parte del Equipo Argentino de Antropolog铆a Forense desde 1984. Recuerda los tres a帽os durante los que recorri贸 el pa铆s entrevistando familiares con la felicidad de quien emprendi贸 un viaje a una tierra fant谩stica.
-Hab铆a gente que te dec铆a: 鈥淟a causa Malvinas, cuesti贸n nacional鈥. Y est谩bamos en el medio de una ruta sin guita para la nafta. Pero era hermoso. La recepci贸n de la gente era entra帽able. Era dif铆cil porque hab铆a que manejar la expectativa. Uno les dec铆a que hab铆a posibilidad de que el gobierno argentino acordara con el brit谩nico para que se pudiera hacer el trabajo de exhumaci贸n, pero que eso pod铆a ser en un a帽o, en diez o nunca. Y en ese momento, la Comisi贸n de Familiares estaba taxativa y militantemente en contra, diciendo que este trabajo iba a ser un carnaval de huesos.
En 2016, tres a帽os despu茅s de que el grupo empezara a trabajar, y bajo el gobierno de Mauricio Macri, se firm贸 el acuerdo entre la Argentina, Gran Breta帽a y el Comit茅 Internacional de la Cruz Roja. Se estableci贸 que se trabajar铆a con peritos argentinos, ingleses y espa帽oles; que s贸lo se abrir铆an las tumbas no identificadas; que los cuerpos deb铆an exhumarse e inhumarse el mismo d铆a (por el temor de los familiares a que los retiraran del cementerio); que el trabajo se har铆a en el invierno austral de 2017. El acuerdo se llam贸 Plan de Proyecto Humanitario. En octubre de ese a帽o, Delmira Cao dej贸 la presidencia de la Comisi贸n de Familiares y asumi贸 Mar铆a Fernanda Araujo cuyo hermano, Eduardo Araujo, era uno de los ca铆dos sin identificar. Ella, como sus predecesores, se opuso a las identificaciones. Pero en junio de 2017 el Plan de Proyecto Humanitario se puso en marcha. En medio de un paisaje de estoicismo violento, el CICR cre贸 junto al cementerio un laboratorio repartido en cuatro containers: oficina, morgue, ba帽o y cocina, dep贸sito.
-Cuando vimos que Cardozo los hab铆a puesto en dos o tres bolsas, que hab铆a escrito los nombres de los lugares donde los hab铆a encontrado, nos dimos cuenta de que iba a ser muy sencillo 鈥揹ice Luis Fondebrider-. Aparecieron algunos documentos en las capas interiores de ropa que Cardozo no encontr贸 porque estaba trabajando en condiciones muy dif铆ciles. Un d铆a yo estaba revisando un cuerpo, saco un documento y era del hermano de Mar铆a Fernanda Araujo, la presidenta de la Comisi贸n, que no hab铆a querido dar la muestra.
Poco despu茅s, en otro cuerpo, encontr贸 el documento de Mario Cisneros.
-El hermano de H茅ctor Cisneros, el expresidente de la Comisi贸n que tampoco hab铆a dado la muestra. No pod铆amos asegurar que fueran ellos, pero hab铆a que entregarles los documentos a las familias y preguntarles de nuevo si quer铆an dar la muestra.
Se analizaron los restos de 122 soldados argentinos, exhumados de 121 sepulturas (en una de las fosas hab铆a dos cuerpos), y se enviaron muestras a tres laboratorios. Los primeros resultados llegaron en diciembre y en tres meses se realizaron noventa identificaciones positivas.
Elma Pelozzo, la primera de las madres a las que Julio Aro hab铆a entrevistado, recibi贸 la notificaci贸n en su pueblo. Con las piernas amputadas por causa de la diabetes escuch贸, en el colegio que lleva el nombre de su hijo, la notificaci贸n del resultado en silla de ruedas: 鈥渓as caracter铆sticas f铆sicas (鈥) son consistentes (鈥) lo que permite concluir que los restos inhumados en la ubicaci贸n se帽alada corresponden a quien en vida fuera Gabino Ruiz D铆az鈥. La mujer que, acompa帽ada por excombatientes, se hab铆a negado a dar la muestra, accedi贸 a hacerlo a帽os despu茅s y recibi贸 la notificaci贸n en un geri谩trico, enferma de Alzheimer. Result贸 positiva, pero quienes se la leyeron no pudieron saber si entend铆a lo que le estaban diciendo. La familia Cisneros recibi贸 la visita de Carlos Somigliana que viaj贸 hasta la provincia en que viv铆an, Catamarca, para entregarles el documento de Mario Cisneros. Las hermanas del ca铆do aceptaron dar la muestra y poco despu茅s fueron notificadas con la ubicaci贸n exacta de la tumba.
El 26 de marzo de 2018 se organiz贸 un viaje a las islas -costeado por el empresario Eduardo Eurnekian- con los primeros familiares que participaron del muestreo. Llegaron a la base militar de Darwin y fueron conducidos hasta el cementerio. All铆 descendieron y caminaron en silencio hacia las l谩pidas como un r铆o cauteloso que vuelve a un cauce seco. Tres horas m谩s tarde regresaron al continente. Muchos hab铆an recogido piedras de las tumbas pero los obligaron a desprenderse de ellas en el control de seguridad. La Comisi贸n de Familiares, para entonces, continuaba oponi茅ndose a las identificaciones.
Familiares de soldados fallecidos en las Malvinas junto a cartas escritas por estos: Delmira Cao, madre de Julio Cao. MARIANA ELIANO
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El 9 de mayo de 2019 la avenida que pasa a una cuadra de la casa de Raquel Folch, en Jos茅 Le贸n Su谩rez, un suburbio de la ciudad de Buenos Aires, est谩 inundada. Raquel Folch espera en la puerta, sobre la calle que lleva el nombre de su hermano muerto: Soldado Andr茅s An铆bal Folch.
-Ac谩 es dif铆cil cuando llueve.
Adentro hay una luz cer煤lea. Carmen y Ana, hermanas de Raquel, est谩n sentadas a una mesa peque帽a. Ana aprieta una carpeta de pl谩stico de la que sacar谩, a lo largo de horas, fotos de su hermano muerto; fichas t茅cnicas que certifican la identificaci贸n de su hermano muerto; cartas que enviaba desde Malvinas su hermano muerto: las pruebas de que su hermano estuvo vivo. Raquel y Carmen trabajan limpiando casas y criaron a sus hijos -cuatro Carmen, dos Raquel- solas. Ana dej贸 de trabajar cuando se cas贸 con un ingeniero.
-Ella es la 煤nica que tuvo suerte 鈥揹ice Raquel-. A ninguna de nosotras nos fue bien.
Ana tiene voz aguda, quebrada por sollozos como vagidos que contrastan con su verborrea marcial. Fue la primera que, a los 13, migr贸 a Buenos Aires desde la provincia de Tucum谩n, harta de que en el ingenio azucarero donde trabajaban les pagaran con vales.
-Despu茅s vino mi mam谩, Silveria. Mi pap谩, Francisco. Mi hermanito.
-Nos llevaban a cosechar papa, batata 鈥揹ice Raquel, como si pidiera disculpas o permiso-. Mi mam谩 ten铆a un terreno donde sembraba verdura. Ten铆a como cien gallinas. Cuando sal铆a a tirarles ma铆z, bajaban de los 谩rboles que parec铆an aviones.
Todo eso 鈥揺l r铆o, la zafra, las gallinas- termin贸 cuando vinieron a Buenos Aires. Despu茅s de un tiempo, compraron un terreno que result贸 un barrial. Pero ten铆an casa, trabajo, estaban juntos.
-Hasta que Andr茅s tuvo que hacer el servicio militar, en 1981鈥揹ice Raquel-. Odiaba eso, odiaba a los militares.
En marzo de 1982, quince d铆as antes de las Pascuas, Andr茅s Folch sali贸 del regimiento para visitar a su familia.
-Vino y dijo: 鈥淟as Pascuas las pasamos juntos鈥. Pensaba que le iban a dar la baja. Lo esperamos, pero no vino. Entonces Ana y el marido fueron a ver qu茅 pasaba. Y ya se lo hab铆an llevado para Malvinas.
-No nos pudimos ni despedir 鈥揹ice Ana-. Yo nunca les dije a ellas, pero a veces pienso que si hubi茅ramos estado en Tucum谩n no le hubiera tocado ir a Malvinas. La culpa la tuve yo, que lo traje ac谩.
Carmen y Raquel la miran sin sorpresa, como si enterarse de que su hermana se cree culpable de esa muerte fuera otra fant谩stica desgracia de las tantas que hubo. Ana gime con ese rugido itinerante entre la asfixia y el dolor, y saca de la carpeta las cartas que su hermano envi贸 desde las islas: 鈥淨ueridos padres, quiero contarles un poco de c贸mo lo estoy pasando, con un fr铆o de grados bajo cero y poca comida. Pero nos las rebuscamos con algunas gallinas, pollos y otras cosas m谩s que nos brinda el terreno鈥. La familia Folch supo del fin de la guerra por televisi贸n, y del regreso de los soldados porque se corri贸 la voz.
-Dijeron que volv铆a ese regimiento y fuimos con mi marido, mis hijos, mi pap谩, mi mam谩 鈥揹ice Ana-. 脥bamos haciendo planes para hacer un asado. Empezamos a preguntar por mi hermano. Grit谩bamos: 鈥溌olch, Folch!鈥. Pero no nos dec铆an nada. Hasta que se acerc贸 un mayor y dijo: 鈥淣o lo busque. 脡l muri贸 en Malvinas鈥.
En alg煤n momento, los vecinos hicieron gestiones para que la calle llevara el nombre del ca铆do, y a ellas les pareci贸 bien. En 2003, un soldado que las hab铆a buscado durante d茅cadas las encontr贸 y, por 茅l, supieron que su hermano hab铆a fallecido el 14 de junio en un bombardeo. Y en 2013, Raquel recibi贸 un llamado.
-Eran de derechos humanos para ver si quer铆a hacer el ADN. Me puse contenta, les dije que s铆 enseguida. Pero no les hab铆a preguntado a ellas.
-Nosotras no estamos en la Comisi贸n pero dijimos que no 鈥揹ice Ana-. Porque se dec铆a que iban a traer los cuerpos al continente.
-Pero unos a帽os despu茅s vi en la tele al se帽or que explicaba c贸mo hab铆an hecho el trabajo y les dije a ellas: 鈥淓sto es algo serio, tenemos que dar la muestra鈥 鈥揹ice Carmen-. As铆 que fuimos.
-Cuando nos dijeron que estaba, yo no paraba de llorar 鈥揹ice Raquel-. Carmen y yo fuimos al viaje que se hizo a Malvinas en marzo de 2018. Lo que sufri贸, lo que habr谩 sufrido. No hay animales, no hay 谩rboles. Yo junt茅 unas piedritas del cementerio. Pero los ingleses me sacaron todo cuando volv铆a. No fue f谩cil su infancia, y tuvo que haber ido a sufrir tanto tiempo en la guerra y haberse quedado all谩. Una guerra in煤til.
-驴Te qued贸 algo que fuera de 茅l?
-Casi nada- dice Raquel.
Se pone de pie, entra a una pieza ba帽ada por luz ag贸nica y busca algo en un palo del que penden perchas. Regresa con un chaleco de jean marca Lois, de moda en los 80.
-Esto es lo 煤nico que me qued贸 de 茅l 鈥揹ice, sosteniendo el chaleco vac铆o.
***
Mar铆a del Carmen Pen贸n y Mar铆a Fernanda Araujo, madre y hermana del soldado Eduardo Araujo (algunos de cuyos documentos aparecen en esta p谩gina), ca铆do en la guerra de las Malvinas.
En Buenos Aires cae una lluvia imperial. En una sala de reuniones de la Corporaci贸n Am茅rica, en el barrio de Palermo, est谩 Roberto Curilovic. Tiene esa clase de prolijidad que parece abarcar h谩bitos, comportamientos, conductas. Una prolijidad como una opini贸n. Es piloto naval, excombatiente y h茅roe de Malvinas, y cuando se refiere a Eduardo Eurnekian lo llama 鈥渆l se帽or Eurnekian鈥.
-Buenas tardes 鈥揹ice Eduardo Eurnekian entrando a la sala.
Tiene 86 a帽os, y su Corporaci贸n gestiona 50 aeropuertos, entre otras cosas. La leyenda cuenta que Eurnekian y Curilovic son amigos y que todo lo que Eurnekian hizo en el cementerio de Malvinas lo hizo por 茅l. Pero Curilovic entr贸 a la empresa en 2001 para reorganizar el espacio a茅reo y Eurnekian le encomend贸, en 2005, que se encargara de la relaci贸n con la Comisi贸n de familiares. No fue un mal c谩lculo: Curilovic es h茅roe de guerra 鈥揺n uno de sus vuelos, el 25 de mayo de 1982, hundi贸 el buque brit谩nico Atlantic Conveyor-, y los familiares de la Comisi贸n sienten respeto por 茅l. En 2004, Eurnekian remodel贸 el cementerio, emplaz贸 una cruz blanca de tres metros y un cenotafio que hubo que armar en la Argentina, trasladar a Uruguay y llevar a las islas con un barco noruego (nada de bandera argentina entra a las islas). Como los vuelos comerciales a las Malvinas son pocos y muy caros (el equivalente a un pasaje Buenos Aires-Madrid), Eurnekian organiz贸 seis viajes de familiares desde 2006, rentando los aviones. 脡l dice que la respuesta a la pregunta de por qu茅 hace esto es sencilla.
-En el a帽o 82 nadie pod铆a dejar de apoyar el esfuerzo de recuperar las islas. Yo no creo que el camino hubiese sido la violencia, pero as铆 se dio. En ese momento se vivi贸 una extraordinaria euforia patri贸tica. Pero en 2003 me llama el embajador de Inglaterra en Argentina y me cuenta que los familiares estaban realizando esfuerzos para poder viajar y tener un cenotafio, y que nadie les hac铆a caso. Le ped铆 que me hiciera una reuni贸n con la Comisi贸n de familiares, y les dije: 鈥淏ueno, el cenotafio lo hacemos nosotros鈥. Creyendo que luego iba a existir un reconocimiento de los gobiernos, no al esfuerzo m铆o sino al de los familiares. Y eso tampoco sucedi贸.
-Financiar esos viajes parece responsabilidad del estado, no de un empresario.
-No. Yo pienso diferente. La apat铆a del estado no me gusta, pero es lo que hay. La bronca m铆a es pensar c贸mo no hubo un empresario que se haya solidarizado con este esfuerzo antes. Todos participaron de la gesta de una manera muy emotiva y luego se olvidaron.
***
El 15 de abril de 2019 a las 13.44 llega un mensaje de Mar铆a Fernanda Araujo, presidenta de la Comisi贸n de familiares: 鈥淗ola, no voy a poder ir ma帽ana, lo tendremos que dejar para la semana pr贸xima. Mil disculpas鈥. El 29 de mayo a las 12.22 llega otro mensaje: 鈥淗oy no vamos a poder reunirnos. Me operaron del pie鈥. El 12 de junio a las 0.13 llega otro mensaje: 鈥淧erd贸n la hora pero es para avisarte que ma帽ana no estoy. Arreglamos para m谩s adelante. Besitos y disculpas鈥. Al d铆a siguiente atiende el tel茅fono y explica que la cancelaci贸n se debe a que tiene que asistir a un acto:
-La conmemoraci贸n de la batalla de Monte Longdon. Se hace en el regimiento 7 de La Plata. Se ponen las cruces de los ca铆dos y a las 17.45, cuando va cayendo el sol, empiezan los bombazos y los balazos y un soldado se pone atr谩s de la cruz de mi hermano y dice 鈥溌oldado Araujo, presente!鈥. No sab茅s lo lindo que es.
Mar铆a Fernanda Araujo, hermana del soldado Eduardo Araujo, viaja cada a帽o 60 kil贸metros desde Buenos Aires hasta el regimiento 7 de La Plata, pernocta en el cuartel con otros familiares de la Comisi贸n, y al d铆a siguiente ve el atardecer entre el estruendo de las bombas que imitan a las que mataron a su hermano.
-Yo odiaba a los militares. Pero mi hermano am贸 ese uniforme. 驴Por qu茅 lo voy a odiar yo? 驴Por dos o tres idiotas que mataron gente? Mi hermano hizo el servicio militar en el 81, y jur贸 defender su patria. Pap谩 nos educ贸 en que la palabra se cumple. Sin embargo, cuando convocaron a mi hermano pap谩 dijo: 鈥淰谩monos a vivir a Paysand煤鈥, en Uruguay, para que no tuviera que ir a la guerra. Y mi hermano dijo: 鈥淣o, vos nos educaste en que la palabra se cumple鈥. Y mi pap谩 se tuvo que meter las palabras en el culo.
Mar铆a Fernanda ten铆a nueve a帽os. Cuando la guerra termin贸, fue con su padre a buscar a su hermano al regimiento. 脡l la hizo treparse a sus hombros y le dio una orden: 鈥淕rit谩 Araujo鈥. Lo buscaban vivo.
-Y yo grit茅. 鈥溌raujo, Araujo!鈥. Y un soldado le dice a mi viejo: 鈥淣o va a venir鈥. Y se pone a llorar. Mi pap谩 volvi贸 a casa, la mir贸 a mi mam谩 y, sabiendo eso, no se lo dijo. Mi mam谩 lo sigui贸 buscando por todas partes pensando que estaba perdido. En la mesa hab铆a siempre un plato vac铆o con la foto de Eduardo. Hab铆a que brindar con el retrato. Si 铆bamos a un restaurante, mi viejo llevaba el portarretrato, lo levantaba y ten铆as que golpear el portarretratos con la copa. Mi viejo muri贸 en 2012. Le cortaron las patas. Se chupaba todo y fumaba tres paquetes de cigarrillos por d铆a.
Mar铆a Fernanda se cas贸, tuvo hijos, se divorci贸. El 30 de noviembre de 2007 mezcl贸 rivotril, cereza y k-othrina, un veneno para cucarachas. La mezcla no la mat贸 pero la mand贸 a una cl铆nica psiqui谩trica. Despu茅s trabaj贸 en una peluquer铆a, en una jugueter铆a, y finalmente como secretaria en la Comisi贸n de Familiares mientras Cisneros era presidente.
-En la Comisi贸n nos opon铆amos cien por cien a las identificaciones. Es una historia triste. Delmira Cao era presidente, pero la cabeza era un veterano de guerra, C茅sar Trejo, que se apoder贸 de la instituci贸n. Lo que pas贸 es que el CECIM, un centro de ex combatientes de La Plata que quer铆a la identificaci贸n, empez贸 a hablar de que los ca铆dos eran NN, desaparecidos. Y yo dec铆a 鈥淢i hermano no es desaparecido de la dictadura, muri贸 en una guerra鈥. Y C茅sar Trejo aprovech贸 y empez贸 a meter fantasmas. Dec铆a: 鈥淪i no aparecen los van a hacer pasar por desaparecidos; y si aparecen van a querer traer los restos鈥. Pero un d铆a le pregunt茅 a mi mam谩 si ella quer铆a hacerlo. Me dijo 鈥淵o no necesito que toquen las tumbas, pero si hay otras mam谩s que lo necesitan, y si me prometen que los van a dejar donde lo encontraron, que lo hagan鈥. Entonces lo llam茅 a Claudio Avruj, el Secretario de Derechos Humanos en ese momento, y le dije: 鈥淪entame con los que van a hacer el trabajo y les hacemos todas las preguntas鈥. Arm贸 la reuni贸n. Estaban todos. Canciller铆a, el Equipo de Antropolog铆a Forense. Les hicimos mil preguntas y todo se respondi贸. Estaba C茅sar Trejo y cuando salimos me dice: 鈥淰amos por los recursos de amparo, 驴no?鈥. Porque present谩bamos recursos de amparo para impedir las identificaciones. Y le digo: 鈥淰os no entendiste nada. No lo vas a entender jam谩s, porque vos volviste y mi hermano no. As铆 que basta, Trejo, vamos con las identificaciones. Chau, flaco鈥.
Despu茅s del encuentro organizado por la Secretar铆a de Derechos Humanos, Mar铆a Fernanda Araujo, su madre y otros familiares de la Comisi贸n decidieron dar una muestra de sangre. La toma se realiz贸 en la sede de la Comisi贸n, el 11 de abril de 2018. Poco despu茅s ella y su madre fueron citadas para recibir la notificaci贸n positiva.
-Si yo hubiera sabido que este era el final, llevaba una botella de champagne y descorchaba.
-驴Los motivos para oponerse eran s贸lo los argumentos de Trejo?
-Creo que la Comisi贸n no estuvo bien vista por el gobierno de Cristina Kirchner. Nos ve铆an como pro milicos. Por ah铆 no se entiende que yo me lleve bien con los militares.
El 13 de marzo de 2019, Mar铆a Fernanda Araujo se sum贸 a uno de los viajes de familiares al cementerio, costeado por Eurnekian. El 15 de marzo la Comisi贸n emiti贸 un comunicado en el que hablaba de ese viaje 鈥減ara poder homenajear a 22 nuevos ca铆dos que desde ahora poseen una tumba localizada con su nombre, luego de casi 37 a帽os de terminada la gesta de Malvinas鈥, y agradec铆a a los que hab铆an hecho eso posible, desde la secretar铆a de derechos humanos hasta Julio Aro pasando por el Equipo de Antropolog铆a Forense y la Cruz Roja. Todos los que, durante a帽os, hab铆an sido su inmenso leviat谩n. En septiembre de 2020, los gobiernos del Reino Unido y la Argentina firmaron un acuerdo para avanzar en una nueva etapa del proyecto: identificar los cuerpos depositados en una tumba colectiva. Hasta octubre de 2020, ciento quince ca铆dos fueron identificados y siete permanecen sin identificar.
***
En esta sala, Cristian Panigadi vio, a los 20 a帽os y por televisi贸n, la noticia de que su padre, Tulio Panigadi, marino mercante y capit谩n del buque de abastecimiento Isla de los Estados, hab铆a muerto.
-Yo estaba mirando la tele y un comunicado de los milicos dice que hab铆an hundido el buque de mi viejo.
Panigadi es m茅dico, y habla sin resentimiento aunque no sabe nada de lo que ocurri贸 en el sur.
-Cuando empieza la guerra, el buque de mi viejo, el Isla de los Estados, que hac铆a el recorrido entre Buenos Aires y el 谩rea patag贸nica, qued贸 bajo bandera y lo usaron para trasladar armamento entre las islas. El 10 de mayo el barco fue atacado y lo hundieron. Sali贸 una balsa con cuatro personas. Mi pap谩, el capit谩n militar, el ayudante de cocina y el primer oficial. El oficial muri贸 cuando llegaron a la playa. Al capit谩n militar y al ayudante los rescataron. Pero durante a帽os pens茅 que s贸lo hab铆a sobrevivido el ayudante de cocina, no ten铆a idea de que hab铆a sobrevivido tambi茅n el capit谩n militar.
Las versiones acerca de c贸mo muri贸 su padre son varias: se arroj贸 al agua confiado en que pod铆a llegar a la orilla y se lo llev贸 la corriente; hubo una discusi贸n, alguien le dispar贸 y cay贸 al agua, vivo o muerto.
-驴Qu茅 pas贸 ah铆? No s茅. En el a帽o 2000, leyendo un diario, veo una entrevista al capit谩n militar y digo: "Oiga, 驴y este de d贸nde sali贸?鈥. Lo llam茅. Y no le pregunt茅 nada. Es una persona que vivi贸 un drama terrible. El momento pol铆tico de la guerra era nefasto. Usaron Malvinas como una causa nacionalista. Se jug贸 el Mundial, la gente iba a la plaza a vivar a Galtieri. Los diarios lo vitoreaban. Yo nunca me mov铆 con comisiones de h茅roes ni de familiares. Los discursos nacionalistas y mesi谩nicos no me los banco. La sensaci贸n con mi viejo fue que se hab铆a ido de viaje. Hasta que en un punto dej贸 de ser as铆. Y no s茅 en qu茅 momento fue ese punto. Pero cuando me llamaron para preguntarme si estaba dispuesto a dar una muestra de ADN, dije que s铆 enseguida. Aunque no ten铆a esperanza, la omnipotencia tiene un l铆mite.
Tal como esperaba, lo notificaron con una exclusi贸n: un resultado negativo. Aun as铆, el 13 de marzo de 2019 se sum贸 al viaje de los familiares. Como los notificados con una exclusi贸n no pod铆an llevar acompa帽ante, solo y sin tumba Panigadi fue hasta el cenotafio y busc贸 el nombre de su padre.
-Lo que m谩s sent铆 fue rabia. Ve铆a a las se帽oras sentadas en la tierra, vistiendo las cruces con la ropa de los ca铆dos. Pensaba que ni el nazismo hizo esto: yo tengo que agradecer que a 40 a帽os del conflicto pude ir al cementerio.
***
Las hermanas del soldado Andr茅s An铆bal Folch junto a una carta suya. MARIANA ELIANO
Mercedes Salado es espa帽ola, forma parte del Equipo de Antropolog铆a Forense, y ella y Luis Fondebrider fueron los peritos del EAAF designados por la Cruz Roja para trabajar en las islas. La Comisi贸n de familiares expres贸 reparos ante la elecci贸n de Salado: "se trata de una espa帽ola cuando Argentina tiene muchos forenses de prestigio, lo que evidencia un desprecio por nuestros profesionales", dijo C茅sar Trejo cuando a煤n formaba parte de la Comisi贸n y exig铆a que, si el proceso segu铆a adelante, se designara como perito a H茅ctor Enrique Brunner, ex combatiente de Malvinas y m茅dico forense que sosten铆a que 鈥(鈥) no ser铆a nada extra帽o que traten de sacarse el cementerio de encima, que es la meta final de esto鈥.
-En todo el tema de Malvinas ha habido mucha manipulaci贸n de grupos pol铆ticamente confrontados que han tenido a los familiares como el jam贸n del s谩ndwich 鈥揹ice Salado-. Se hab铆a instalado la idea de que el inter茅s de este proyecto era sacar la presencia argentina de las islas. Cost贸 mucho que se entendiera que identificaci贸n y traslado no eran sin贸nimos.
-Seg煤n lo que encontraron al exhumar, 驴el trabajo de Cardozo fue bueno?
-Cuando la cosa viene mal, desde el principio empiezas a encontrar contradicciones entre el registro escrito y lo que sale en el terreno. Y nosotros 铆bamos siguiendo el registro y lo que encontr谩bamos se relacionaba con lo que dec铆a la bolsa. A m铆 me sorprendi贸 lo prolijo que fue su trabajo.
***
Delmira Cao tiene 80 a帽os y sube trabajosamente las escaleras hasta el primer piso del departamento donde vive, en el piso superior de una construcci贸n de dos plantas que su marido levant贸 para toda la familia -padre, madre, cuatro hijos- y en el que ahora quedan ella y sus hijas mujeres, Graciela y Viviana. Por la ventana se ve, alto, el pino que apenas asomaba de la tierra cuando su hijo Julio se fue de esta casa, m谩s de treinta y cinco a帽os atr谩s. Es una de las sobrevivientes de la familia arrasada. Primero muri贸 el hijo en la guerra. Despu茅s muri贸 el padre del hijo. Despu茅s muri贸 el hijo que quedaba. El departamento era parte de la f谩brica de acero que hab铆a montado su marido, Julio.
-Pero cuando 茅l se muri贸 todo se vino abajo. Yo vend铆 las m谩quinas y ni siquiera s茅 qu茅 hice con los cheques.
Julio, uno de sus dos hijos varones, era maestro de escuela. El 30 de marzo de 1982 hab铆a marchado a la plaza de Mayo para unirse al reclamo que los gremios hicieron aquel d铆a. Regres贸 tarde, la voz gastada de tanto gritar contra Galtieri. Ten铆a 21 a帽os, estaba casado con Clara que, para entonces, estaba embarazada de cinco meses.
-Dos d铆as despu茅s de esa marcha vino y me dijo: 鈥淢am谩, est谩n convocando a Malvinas, voy a ir鈥. Le dije 鈥溌o pod茅s, vas a tener una hija!鈥. Y me dijo 鈥淵o no podr铆a hablarle a mis alumnos de nuestros pr贸ceres, de Belgrano y San Martin, si dejo a mis compa帽eros ir solos a defender a la patria鈥.
驴Puede un maestro de 21 a帽os despedirse con palabras de bronce? Delmira dice que s铆. Contra la voluntad de su familia, con su mujer embarazada, Julio Cao se fue a la guerra. Su madre pas贸 esas semanas quem谩ndose de tanto rezar. Hasta que el conflicto termin贸.
-Avisaron que los soldados volv铆an al cuartel, as铆 que fueron a buscarlo la mujer, embarazada de ocho meses, mi hermano.
Pero no lo encontraron. Algunos soldados se quedaban boquiabiertos al ver a la embarazada que no sab铆a que era viuda.
-Nadie dec铆a nada. Hab铆a un coronel. Le pidi贸 el tel茅fono a mi hermano y le dijo que volviera a la casa, que iba a tener noticias. Y ese d铆a lo llam贸 y le dijo que Julio hab铆a muerto. Dos d铆as despu茅s vino a verme Walter Neira, un ex combatiente que hab铆a estado con Julio. Y me cont贸 que Julio hab铆a muerto pulverizado por una bomba.
Y eso fue lo que 鈥揺n miles de entrevistas y discursos- Delmira repiti贸: 鈥淢i hijo fue pulverizado, de mi hijo no queda nada鈥.
-Mi marido se deprimi贸 y en 1990 muri贸 de c谩ncer. Despu茅s, en 1996, mi hijo Roberto, de HIV. Antes de morir me dijo: 鈥淟os veteranos son tus hijos, acercate a ellos鈥. Y los veteranos fueron mis hijos. Pero mis hijas odiaban eso. Yo dec铆a: 鈥淢alvinas鈥. Y ellas me dec铆an: 鈥淐谩llate鈥.
-Cuando usted estuvo en la Comisi贸n, se opon铆a a las identificaciones.
-S铆. La Comisi贸n era re dura. Pero el miedo era que los trajeran para ac谩. Despu茅s, cuando vino Mar铆a Fernanda Araujo, se dieron vuelta todas. Yo no ten铆a inter茅s porque cre铆a que no hab铆a nada de Julio.
Pero hab铆a. Hace un tiempo, Delmira supo que la versi贸n de la muerte de su hijo en la que hab铆a cre铆do durante m谩s de treinta a帽os era una versi贸n equivocada.
-Un tiempo atr谩s Walter Neira muere. Y sale Esteban Tries, un excombatiente muy amigo m铆o, por la televisi贸n. En ese programa cuenta que a Julio lo hab铆an enterrado los compa帽eros, que no estaba pulverizado. Mi hija Viviana lo llama a Tries y le pregunta si es cierto que hay restos de Julio. Y Tries le dice que s铆. Y Viviana me dice: 鈥淨uiero que nos hagamos el ADN鈥. Dimos la muestra y en 15 d铆as nos dieron el resultado. Positivo.
-驴Usted conoc铆a a Esteban Tries?
-De toda la vida.
-驴Nunca le hab铆a dicho c贸mo hab铆a muerto su hijo?
-No quer铆an pasar sobre la historia que hab铆a contado Walter Neira. Adem谩s, yo he salido en miles de discursos diciendo que de mi hijo no hab铆a quedado nada. No quer铆an ir contra m铆.
-驴Se arrepinti贸 de no haber dado antes la muestra?
-S铆, me arrepent铆. Yo dec铆a que me daba lo mismo porque de mi hijo no quedaba nada. Pero no es lo mismo. Con los que ten铆amos problemas era con Julio Aro y con el CECIM, que dec铆an que nuestros hijos eran desaparecidos.
-驴El problema con Aro cu谩l era?
-Era m谩s un problema de C茅sar Trejo, que es otro veterano. Una gran persona, pero tiene su manera de pensar. Me quiere como si fuera la madre. Me adora. Y yo a 茅l.
***
Esteban Tries pertenece a un grupo llamado Malvinas, educaci贸n y valores, que difunde el tema en colegios. Fue a la guerra con 19 a帽os y, despu茅s, vendi贸 autos, fabric贸 ropa, y un d铆a lo dej贸 todo para abocarse a 鈥渓a gesta鈥.
-Yo tambi茅n me opon铆a a las identificaciones porque un legista forense, Brunner, nos dec铆a que la 煤nica forma de hacerlas era traerlos al continente. Y los familiares dec铆an 鈥淣o鈥 y nos alineamos con ellos. Hoy los familiares est谩n sonrientes y agradecidos. Le ped铆 disculpas a Julio Aro, porque 茅l unos ocho a帽os atr谩s vino a verme y me dijo: 鈥淓steban, vamos a hacer esto鈥. Y le dije: 鈥淪os una basura鈥.
Esteban Tries parece el hombre clave en un engranaje que empieza con un excombatiente 鈥揥alter Neira- que le cuenta a una madre 鈥揇elmira Cao- algo que crey贸 ver, y que sigue con esa madre tomando una decisi贸n -oponerse a las identificaciones- basada en un dato errado.
-Yo me enter茅 de c贸mo muri贸 Julio a mediados de 2017, por otro excombatiente, H茅ctor Rebasti. Rebasti me dijo que hab铆a escuchado a un excombatiente contar que hab铆a visto que Julio Cao hab铆a quedado pulverizado. Rebasti sab铆a que no era as铆, que la onda expansiva lo hab铆a matado pero que ellos lo hab铆an enterrado. El excombatiente que contaba eso era Walter Neira. Cuando Rebasti me cuenta le digo: 鈥淟e ten茅s que contar a Delmira鈥. Pero no se anim贸. Despu茅s Neira muri贸, y cuando me invitaron a la televisi贸n cont茅 c贸mo hab铆a muerto Julio Cao, para homenajearlo.
-Cuando lo contaste en televisi贸n 驴no pensaste que la familia pod铆a estar viendo?
-Es que yo con Delmira ya lo hab铆a hablado. En la intimidad.
-驴Qu茅 te dijo?
-Se qued贸 as铆, no me dijo nada. Y para m铆 ella es la referente.
***
Cristian Panigadi, hijo de Tulio Panigadi (que aparece en la foto hist贸rica), marino mercante y capit谩n del buque de abastecimiento Isla de los Estados, muerto en las Malvinas. MARIANA ELIANO
C茅sar Trejo hizo el servicio militar y le dieron la baja el 23 de diciembre de 1981, pero lo reincorporaron el 9 de abril de 1982 para enviarlo a la guerra. Habla con ret贸rica abigarrada, montando bloques de frases como 鈥渓a dial茅ctica del amo y el esclavo鈥, 鈥渓a producci贸n simb贸lica de las 茅lites鈥, 鈥渆l campo popular鈥, 鈥渓a guerra h铆brida鈥. Explica 鈥揹ando un amplio rodeo que da cuenta de la obra de Rudyard Kipling- la base de la doctrina militar brit谩nica: enterrar a sus ca铆dos donde han muerto para sembrar el mensaje de que, si por all铆 pas贸 un soldado de su majestad brit谩nica, puede volver a pasar. La conclusi贸n, dice, es evidente: la finalidad de las identificaciones es preparar un traslado masivo de los cuerpos al continente y borrar la presencia argentina de las islas.
-El informe del teniente coronel Cardozo es un desastre 鈥揹ice-. Es una verdadera desprolijidad. Se nota que hay un apresuramiento.
-El Equipo Argentino de Antropolog铆a Forense se帽ala que la forma en que preserv贸 los cuerpos facilit贸 el trabajo.
-Si uno le da cr茅dito a ellos. Yo no les doy cr茅dito. 驴C贸mo puede ser que hayan aparecido c茅dulas de identidad, libretas, cartas, con muy poco deterioro? 驴Esa documentaci贸n estaba ah铆 o fue extra铆da y devuelta?
-驴Cu谩l ser铆a el beneficio de haberla extra铆do y devolverla ahora?
-Es una inc贸gnita. 驴Y de d贸nde surge la iniciativa de las pericias? Tres excombatientes argentinos son recibidos en Londres por un oficial ingl茅s que les entrega un sobre y les encomienda la identificaci贸n.
-Les entrega un sobre, pero 驴de d贸nde surge el dato de que les encomienda la identificaci贸n?
-Es obvio. Nosotros supimos desde el principio que el objetivo era trasladar los cuerpos.
-驴La identificaci贸n en qu茅 cambiar铆a ese supuesto objetivo? Los podr铆an trasladar, identificados o no.
-No, en principio, a ver鈥 Primero est谩 la procedencia de la iniciativa, que es inglesa.
-驴Usted no cree que el encuentro entre Cardozo y Julio Aro haya sido casual?
-No. Pensar eso es imbecilidad. Adem谩s, el concepto de identidad en la Argentina tiene una carga que proviene de los desaparecidos. En los ca铆dos argentinos no hay problemas de identidad. Nosotros hablamos de localizaci贸n. Los muertos de Malvinas no pueden ser homologados con la situaci贸n de terrorismo de estado y los desaparecidos. La Comisi贸n en ning煤n momento manifest贸 oposici贸n a la identi鈥 a la localizaci贸n de la tumba.
-Hab铆a gente de la Comisi贸n que llamaba a los familiares para que no dieran muestras.
-Est谩 bien, pero es espuria la argumentaci贸n. Se reclam贸 que no se hablase de identificaci贸n. Y que un perito participase en el trabajo. Un m茅dico, abogado forense y ex combatiente de Malvinas, Enrique Brunner.
-Brunner dijo que la 煤nica forma en que se pod铆a hacer este trabajo era sacando los cuerpos de las islas. No era as铆.
-Dijo una vez eso. Pero... a ver鈥 eso no anula su capacidad tanto jur铆dica como m茅dica en la ciencia forense.
-El Equipo Argentino de Antropolog铆a Forense es una referencia mundial.
-Madonna es referencia mundial. No canta bien ni baila bien.
***
Es viernes 26 de abril de 2019. Llueve desde temprano. A las 10 de la ma帽ana, Mabel Godoy abre la puerta de un edificio en el centro de Lomas de Zamora, conurbano bonaerense.
-Se viene el mundo abajo 鈥揹ice, entrando en su departamento donde una perra caniche ladra como un juguete histerizado-. Sentate mientras esperamos a Nora.
Nora es Nora Rodr铆guez, hermana de V铆ctor Rodr铆guez. Ten铆a cuatro a帽os cuando su hermano se fue a la guerra, cuatro cuando lo mataron, cuatro cuando su madre, Benigna, empez贸 a buscarlo enloquecidamente, y cuatro cuando Mabel Godoy, la novia de V铆ctor, acompa帽aba a Benigna a buscarlo a todas partes. El timbre suena poco despu茅s. Nora est谩 en el pasillo, empapada, 42 a帽os que parecen menos.
-Con Nora no nos vimos por m谩s de veinte a帽os 鈥揹ice Mabel.
Aunque ambas viven en Lomas de Zamora se hab铆an visto por 煤ltima vez en 1995, en el sepelio de Fidel, un hermano de Nora que muri贸 de leucemia. Benigna, la madre de Nora, muri贸 en 2004. Ferm铆n, el padre, en 2017. Para entonces, Nora estaba casada, ten铆a una hija.
-Y hace un a帽o 鈥揹ice Mabel, sirviendo caf茅- entro a una jugueter铆a con mi nieto. La veo y le digo: 鈥淒isc煤lpame, 驴nos conocemos?鈥. Y ella me dice: 鈥淪i, yo soy Nora Rodr铆guez鈥.
Mabel y V铆ctor se conocieron cuando ella ten铆a 15 en una peregrinaci贸n religiosa y se hicieron novios. 脡l se fue a la guerra cuando ella ten铆a 16. Al terminar el conflicto, sin noticias de su hijo, Benigna empez贸 a buscarlo en los cuarteles, en los hospitales.
-Yo la acompa帽茅 -dice Mabel-. En la tele dec铆an: 鈥淟os familiares deben concurrir a Campo de Mayo鈥. 脥bamos y hab铆a filas de gente. D铆as enteros. Yo dej茅 el trabajo y vend铆 el equipo de m煤sica para poder acompa帽ar a Benigna. Pasaron meses y鈥
Se detiene y mira a Nora de soslayo.
-Esto nunca te lo cont茅. La llaman a tu mam谩 un d铆a y le dicen que tu hermano est谩 vivo en el hospital R铆o Santiago, de La Plata. Y va, y era otro V铆ctor Rodr铆guez.
-驴Y qu茅 le dijeron? 鈥損regunta Nora.
-鈥淣os equivocamos鈥. Pero despu茅s pas贸 otra cosa peor. La citaron del Ministerio de Defensa. Vamos las dos. La llaman. Sube. Baja a los 15 minutos. S煤per contenta. Radiante. Le pregunto 鈥溌縌u茅 le dijeron?鈥. Y me dice: 鈥淨ue no pierda las esperanzas, que hay chicos prisioneros que est谩n en Malvinas, que a algunos los llevaron a Inglaterra. Me preguntaron con qui茅n vine, les dije que est谩s vos y me dijeron que subas鈥. Subo. Una oficina gigante, un tipo con uniforme militar. Estaba con un expediente que dec铆a 鈥淰铆ctor Rodr铆guez鈥, con letras rojas. Yo ya sab铆a que cuando aparec铆an con letras rojas era que estaban fallecidos. Me pregunta cu谩ntos a帽os tengo. Le digo: 鈥淒iecis茅is para diecisiete鈥. Y me dice: 鈥淎h, sos chica y sos grande鈥. Agarra el expediente y me dice: 鈥淓ste chico, V铆ctor Rodr铆guez, era un gran chico, pero el mundo est谩 lleno de grandes chicos鈥. Yo lo miraba. 鈥淓ste chico falleci贸 en Monte Longdon el d铆a 10 de junio. A tu suegra le dije que hab铆a prisioneros, porque viste c贸mo son las madres. Si vos quer茅s, contasel贸鈥. Me levant茅 y le dije: 鈥淪on unos hijos de puta鈥. Pegu茅 media vuelta y me fui. Y en la caminata que hice cruzando el hall para encontrarme con Benigna, tuve que decidir qu茅 le dec铆a. Y la veo con una sonrisa de oreja a oreja. Me pregunta: 鈥溌縔? 驴Qu茅 te dijeron?鈥. Y yo le dije: 鈥淟o mismo que a usted, Benigna鈥. No la pod铆a ni mirar.
-驴Tu madre pens贸 que estaba prisionero?
-S铆, mucho tiempo 鈥揹ice Nora, sec谩ndose los ojos con una servilleta de papel.
-驴Y qui茅n le dijo que estaba muerto?
-Yo calculo que fue esperar y que nunca llegara.
Cuando se reencontraron en aquella jugueter铆a, Mabel y Nora no ten铆an contacto con la Comisi贸n de familiares ni sab铆an de las identificaciones. Un d铆a, por casualidad, Mabel encontr贸 en Facebook a un excombatiente que hab铆a sido amigo de V铆ctor.
-脡l me dijo que estaban trabajando en las identificaciones, y yo le dije a Nora.
-Yo lo quise hacer enseguida. Inmediatamente.
-驴Sab铆an que la Comisi贸n se opon铆a?
-Ah, no, no sab铆a 鈥揹ice Nora, extra帽ada- 驴Y por qu茅?
-Yo tampoco sab铆a鈥揹ice Mabel.
-No ten铆a ni idea. Yo di la muestra en julio de 2018. Y en noviembre me llamaron porque estaban los resultados. Entonces la llamo a Mabel y le digo: 鈥溌縑os pod茅s ir conmigo?鈥. Y era positivo. Nos dieron una carpeta. Una medallita. Mabel me dijo: 鈥淓s de 茅l, es una medallita que le regal茅 yo鈥. Despu茅s fuimos con Mabel a Malvinas. Yo me traje algunas piedritas. A todos se las sacaban, pero yo me met铆 tres piedritas en la media y las pas茅.
Eso le queda. Unas piedras blancas.
***
Le dieron un peine. Un crucifijo de plata. Una carpeta con un informe t茅cnico, im谩genes de un ata煤d, de una dentadura, fotos con ep铆grafes: 鈥渃onducci贸n del f茅retro a la reinhumaci贸n鈥, 鈥渇茅retro dispuesto en la tumba鈥. Antes de eso, hubo una vida corta.
-Yo siempre junto cosas, acumulo. A veces pienso que fue porque cuando era chica no tuve nada.
FUENTE: EL PAIS
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