Colombia se encamina a definir en las urnas si los ciudadanos del país aprueban lo actuado por el ejecutivo o si dicen “no” a las aspiraciones pacifistas de Juan Manuel Santos.
Publicado: 04-10-2016
A un día del referéndum en Colombia, hay incertidumbre sobre el resultado
Colombia se encamina a definir en las urnas si los ciudadanos del país aprueban lo actuado por el ejecutivo o si dicen “no” a las aspiraciones pacifistas de Juan Manuel Santos
Luego de la firma del acuerdo entre el gobierno del presidente de Colombia Juan Manuel Santos y los líderes de las FARC, que tuvo lugar el pasado lunes en la ciudad de Cartagena de Indias ante la presencia de los principales líderes americanos, Colombia se encamina a definir en las urnas si los ciudadanos del país aprueban lo actuado por el ejecutivo o si dicen "no" a las aspiraciones pacifistas del primer mandatario.
Muchos se preguntan si el hecho de haber procedido a la firma del documento de paz, en forma previa a la consulta popular, no fue una forma de condicionar la voluntad ciudadana, mientras que otros sospechan que Santos da por descontado que el resultado será favorable.
Infobae estuvo en Cartagena en los días previos a la cumbre de presidentes, y recogió opiniones de militares, civiles, profesionales y trabajadores en general contrarios a la firma del acuerdo. En general el resquemor de la población obedece a la poca difusión que ha tenido la "letra chica" contenida en un documento de más de 300 páginas al que pocos han accedido.
Entre esos pocos se encuentra Fernando Vargas Quemba, presidente y fundador del Comité de Víctimas de la Guerrilla colombiana. Con angustia, Vargas Quemba reseñó los principales aspectos del tratado de paz, y opinó que "resulta inconcebible que sean perdonados más del 97% de los crímenes cometidos por la guerrilla, y que para los pocos que resulten condenados, la pena sea el servicio comunitario".
Respecto del origen de la fuerza guerrillera, el referente social aseguró que "nacieron hace más de 50 años como fruto de las directivas emanadas del comunismo internacional, para sembrar el caos en la región".
Vargas Quemba también explicó algunos aspectos que a su juicio resultan inconcebibles, como el otorgamiento de bancas directas (26) en la cámara de diputados, la asignación de pensiones de miles de dólares a los ex guerrilleros, y la entrega de miles de hectáreas de campo que serán arrebatadas a los campesinos que las explotan.
"Se le otorgarán a los guerrilleros más de 60 juzgados y se les dará cupo en las fuerzas armadas", agregó el fundador del Comité de Víctimas de la Guerrilla. Los juzgados, según el experto, no serán para juzgar a guerrilleros ya que estos se han de beneficiar con una ley de perdón. "Serán utilizados para juzgar a las fuerzas armadas y a los sectores empresarios que tradicionalmente han enfrentado a la guerrilla", agregó.
Sólo cinco días mediarán entre el impresionante acto político realizado en el centro de convenciones de Cartagena y el día de la votación. Según Quemba, "en un país donde la población no llega a leer medio libro por año, es imposible que se pueda leer y asimilar el voluminoso tratado puesto a consideración recién el pasado lunes".
Por otra parte, Infobae pudo saber que el grueso de la población civil colombiana tiene muchas dudas sobre cómo será la inserción de los ex guerrilleros en la población. No queda claro qué harán los milicianos con sus armas de puño, como tampoco si pasarán a integrar alguna de las otras organizaciones extremistas que no forman parte del acuerdo.
Por el lado de las fuerzas armadas, si bien no se han producido pronunciamientos públicos, puertas adentro de los cuarteles persiste la incertidumbre sobre un probable achicamiento de las mismas.
Expertos internacionales sostienen que durante la gestión del ex presidente Álvaro Uribe, el poder de fuego de la guerrilla estaba prácticamente neutralizado, y que las mismas se encontraban a un paso de la rendición incondicional. "Santos asumió el gobierno prometiendo terminar la obra de su predecesor, pero una vez en el poder hizo lo contrario", afirmaron.
Para el domingo fueron convocados veedores internacionales, pero para Vargas Quemba estos profesionales tienen simpatía hacía las FARC, por lo que en su opinión "no tenemos garantía de imparcialidad".
El gobierno ha bajado el umbral de exigencia para dar por aceptado el referéndum, siendo que con 4,5 millones de votos lo daría por aprobado excepto que el número de votos opositores sea mayor. Bueno es recordar que en este caso el voto es optativo.
Faltan pocas horas para que Colombia defina su futuro luego de 52 años de derramamiento de sangre y más de 300.000 muertos; del lado de los defensores del acuerdo sostienen que ya es hora de terminar con el odio y el enfrentamiento. Pero nadie sabe a ciencia cierta si Juan Manuel Santos se encamina al Premio Nobel de la Paz, o a quedar en la historia como el protagonista de un tremendo fracaso en la vida política de su país.
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