Mucho es lo que se dijo durante estos nueve meses para desacreditar la capacidad profesional de los Peritos Navales respecto a su posibilidad de colaborar con la investigación judicial sobre las causas que originaron la desaparición del ARA San Juan. Primero se sostuvo con total ignorancia, que sus competencias eran exclusivamente aplicables a buques mercantes, luego que un submarino es una máquina "altamente compleja" y finalmente que solo los submarinistas podrían entender en la materia. No obstante y luego de efectuar consultas con Peritos Navales y con la Prefectura Naval Argentina, la justicia dejó sentado que, al margen de su condición de unidad militar,  los principios de funcionamiento mecánico y eléctrico de la malograda nave, entran de lleno en las incumbencias de aquellos Marinos que hubieran cumplido las exigencias reglamentarias correspondientes para acceder al título de "Perito Naval"; única titulación válida para realizar precisamente, una pericia naval. La justicia da así por tierra con decenas de notas tendenciosas que intentaron desacreditar a los profesionales del mar con máxima titulación en la materia.