El silencio se escucha en medio del mar

Los argentinos solemos recordar a los Padres de la Patria, día en que realzamos nuestro orgullo nacional, solo en aquellos momentos de conmemoración en los aniversarios de estos grandes hombres y mujeres que hicieron posible que la libertad flamee en todos los rincones de nuestro territorio.

Sin embargo por cuestiones incomprensibles se han olvidado de otros héroes que siendo muy jóvenes han enfrentado situaciones de mucha angustia y dolor en tiempos pasados, eventos de sangrientos que enlutan nuestra desencontrada historia, cumpliendo con su deber en beneficio de la mayoría de los argentinos y que han caído en el olvido.

Allí están ellos desfilando como orgullosos reservistas, esperando que la historia les dé un lugar privilegiado en el recuerdo colectivo, reconociendo sus méritos.

Esos héroes anónimos que combatieron en todas las luchas de independencia que libro nuestra patria, son los marinos mercantes, que surcaron los mares del mundo atravesando tempestades tremendas y zonas de peligrosos conflictos, inimaginables para el resto de los mortales, con el único motivo de traer bienestar a nuestras tierras, priorizando el bien común.

Tristemente la respuesta a tanto sacrificio, ha sido la ingratitud y la destrucción de nuestra flota de bandera, viendo las dificultades que está padeciendo nuestro pueblo en la actualidad, ante la pandemia global que afecta a nuestro país, sentimos su ausencia.

En estos días vemos como pilotos surcan los cielos en procura de insumos fundamentales para mantener la salud de todos, volando en aeronaves que no fueron diseñadas para realizar travesías tan largas, llegando a destino con los tanques vacíos a diez mil metros de altura.

No ha sido muy diferente la actitud de los Marinos mercantes en épocas de conflicto, en la historia reciente nuestras naves fueron bombardeadas y hundidas, nuestros colegas y amigos muertos. En épocas de paz no ha sucedido nada diferente, ante el silencio de nuestra sociedad, los buques pesqueros sufren accidentes y mueren sus tripulantes, en lo que es la profesión más peligrosa del mundo.

Es hora de hacer visible la entrega de estos marinos contemporáneos, que sin importar los riesgos que corren, se encuentran cumpliendo sus funciones a bordo de los pocos buques mercantes que aún quedan navegando en nuestros mares.

Que hubiera sido de nuestro futuro si no se hubiera destruido la flota mercante de bandera, si no se hubiera desguazado la flota de E.L.M.A. (Empresa de Líneas Marítimas Argentina), además de resguardar la soberanía económica de nuestro país, hubiéramos sido los responsables de la tarea de traer los insumos necesarios para contrarrestar los efectos de la epidemia que nos aqueja, un solo barco hubiera podido traer los materiales que necesitan nuestros hospitales y sanatorios.

Lamentablemente hemos perdido esa herramienta, poniendo a pilotos y aeronaves a realizar la tarea que debiera hacer nuestra flota. Entiendo que son épocas de reflexión y recapacitar sobre innumerables medidas que se han tomado a lo largo de la historia reciente de nuestro país.

Repensar y afirmar nuevas estrategias que estén a favor de nuestra nación, asegurando nuestro futuro, en forma independiente, volviendo a soñar un país más inclusivo y solidario, donde el transporte fluvial y marítimo, han tenido un papel fundamental en el desarrollo argentino.

Los marinos mercantes somos los encargados de generar cuantiosos ingresos, fundamentales para el país, que podrían crecer exponencialmente si tuviéramos políticas adecuadas para el sector, además de ser una herramienta estratégica para casos como el que nos ha tocado y nos toca vivir en la actualidad.

Resulta difícil  pensar que haya personas salvando al mundo y que eso solo pasa en películas, sin embargo hay personas reales que dejan la tranquilidad de sus hogares, que se arriesgan a realizar una tarea en una profesión peligrosa, que se apartan de sus seres queridos por largas temporadas, para traer los elementos básicos que necesita cada familia para seguir viviendo.

A razón de la pandemia causada por el COVID 19 miles de marinos se encuentran hace meses embarcados sin poder visitar a sus familias, con importantes medidas de seguridad, este sacrificio inmenso tiene un inmenso valor para lo que estamos en tierra firme, y que muchos desconocen su importancia, que conocemos lo que arriesgan estos hombres y mujeres, enfrentados a una aventura marítima incierta, donde un traicionero mar en cualquier momento les pueda arrebatar la seguridad en sus buques.

Este trabajo silencioso y abnegado está formando esta nueva casta de argentinos anónimos que cada noche a las 21 hs debemos salir a aplaudir, recordando que por compatriotas como ellos, nosotros podemos tener la certeza de poder estar a salvo en nuestros hogares.

Así es como se escribe una nueva página en el libro de la historia de los personajes olvidados de la marina mercante argentina.

Lic. Gustavo Andrés Mujica

Maquinista Naval Superior

Perito Naval