ECHIZEN MARU, LA CIENCIA HACE “AGUA” FRENTE A LA PESTE EN ALTAMAR

Echizen Maru: El dictamen de los médicos no llega a convencer a nadie, mientras todos se preguntan si es responsable autorizar la exportación de un producto alimenticio manipulado por personal infectado.
Publicado: 20-07-2020

Los cientificos en el pesquero no llegaron a conclusiones interesantes. Al parecer, el objetivo es que no ocurran olas -toda una definición, tratándose de un buque- y no han resuelto el gran interrogante: ¿es posible exportar la millonaria carga? En tanto, las cámaras empresarias pesqueras destacaron el acuerdo de corto plazo alcanzado con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).

Por Fernando Morales



A pesar de ingentes esfuerzos por hacer pasar desapercibido el hecho, las autoridades de la provincia de Tierra del Fuego se estremecieron hace pocos días atrás cuando recibieron la noticia que el buque pesquero Echizen Maru, de la pesquera fueguina Pesantar, había regresado al puerto de Ushuaia con casi la totalidad de su tripulación infectada con COVID-19, a pesar de encontrarse aislados en aguas del Atlántico Sur.


Extraña situación si se tiene en cuenta que, de los 61 tripulantes de la nave, 34 habían embarcado 35 días antes, luego de cumplir un estricto aislamiento de 14 días en el hotel que la propia empresa tiene en la ciudad más austral de mundo habiendo sido hisopados antes de abordar; y que los restantes marineros no pisaban tierra firme desde al menos 40 días ya que el personal embarcado tiene prohibido bajar a tierra.


Si bien –en principio- todo lo que autoridades y empresa debieron cumplir para asegurar que el buque fuera seguro desde el punto de vista epidemiológico se cumplió de la forma en que los siempre cambiantes protocolos sanitarios lo indican, producida la feroz contaminación el tema se vio rodeado de una cuota de misterio que volvió sospechoso lo que tal vez no lo era. 


Al arribar la nave a puerto y luego de los controles pertinentes, 2 tripulantes (uno de ellos nada menos que el médico de abordo) fueron hospitalizados dada la gravedad de los síntomas, 50 fueron declarados positivos y 7 negativos. Los negativos pocos días después serían positivos tal vez por haber seguido conviviendo con sus compañeros infectados.


En este punto surge una primera interna gubernamental, mientras que el Intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, se mostró partidario de trasladar a los pescadores a un centro de aislamiento comunal, el gobernador provincial Gustavo Melella prefirió no contaminar el territorio provincial y dejar a los marinos infectados en su lugar de trabajo.  


Desde el Ministerio de Salud de la Nación se zanjo la disputa declarando al propio buque “Centro de Aislamiento”, habilitando así la posibilidad que los embarcados cursen su enfermedad sin dejar de trabajar y sin riesgos de contagio en tierra.


Esta situación trajo aparejado un tibio reclamo del SOMU (Sindicato Obreros Marítimos Unidos) y varias quejas por parte de los tripulantes quienes – celulares mediante- hicieron conocer a distintos medios de prensa las condiciones de hacinamiento en las que se encuentran. 


Todas las voces fueron acalladas rápidamente por directiva de la empresa pesquera propietaria del buque.


Pero mucho más allá de tensiones políticas y gremiales, la verdadera incógnita a despejar siguió siendo la forma o las circunstancias en las que el Coronavirus pudo haber atacado a más de medio centenar de hombres sometidos a una cuarentena forzosa en altamar.


Luego de tener fehacientemente comprobado que, durante su navegación el Echizen Maru no había entrado en contacto con ninguna otra embarcación y que la cuarentena previa realmente se había cumplido en forma estricta, un grupo de infectólogos se abocó a estudiar el tema que por estas horas está en el foco de la comunidad científica internacional.


El Comité Operativo de Emergencia COVID-19 de Tierra del Fuego llegó a determinar que los sucesos a bordo del pesquero se debieron a una cadena de contagios asintomáticos u oligosintomáticos que afectó a todos los tripulantes.


Con una forma muy particular de determinación de mayorías y minorías, el equipo de investigadores sostiene. “De los 61 tripulantes de la nave solo 51 presentaron síntomas" (dejaron a otros 6 positivos fuera de análisis sin explicar bien porqué) El informe prosigue detallando que 6 enfermos tienen al menos de 10 a 21 días de evolución de la enfermedad; 41 no menos de 21 días; 1 de 7 a 10 días y 3 no más de 21 días.


Dejando de lado los amplios márgenes de error (casi del 100%) en cuanto a la certeza de fechas de contagio, los profesionales de la salud desgranaron una serie de hipótesis que van desde la posibilidad de contagio en la propia Ciudad de Buenos Aires, desde donde partió la tripulación, hasta la que refiere a que se hubieran embarcado elementos contaminados en el buque o que éste en sí mismo estuviera contaminado. 


Además, todas las proyecciones de tiempo se hicieron a fecha actual es decir que a los 14 días de aislamiento previo y a los 35 de la travesía, se agregan los que lleva el barco en puerto desde su regreso.


El informe concluye haciendo recomendaciones de compromiso en cuanto a la necesidad de reforzar los testeos previos al ingreso de tripulantes a un buque y no responde las dos cuestiones fundamentales que desvelan a la comunidad marítima nacional.


 ##  La 1ra: Si por los motivos que fueran un barco puede llegar a puerto luego de 35 días de altamar con toda su tripulación positiva ¿de qué sirven las actuales políticas implementadas en el país respecto a los buques que arriban a puertos argentinos procedentes del exterior?  


Vale recordar que según lo dispuesto por el Ministerio de Transportes de la Nación toda nave que certifique una navegación sin tocar puerto de al menos 14 días previos a llegar a aguas argentinas y que no presente tripulantes con síntomas se considera segura para ingresar a puerto.


 ##  La 2da: Habiendo quedado planteada la posibilidad de que el virus se encontrara impregnado en el mismo buque y que al parecer es resistente al paso del tiempo y a las bajas temperaturas, ¿Qué destino deberían tener las casi 1.000 toneladas de producto pescadas, procesadas y envasadas por marineros infectados con COVID en un buque cuyas instalaciones también lo están?


Argentina goza en el presente de reconocida fama por sus exportaciones pesqueras. Casi toda la producción del Echizen Maru se destina al mercado internacional. 


 ##  ¿Quién será el responsable de liberar esta mercadería al consumo?


 ##  ¿Quién informará a los destinatarios del cargamento que el mismo proviene de un buque contaminado?


 ##  ¿Qjuién finalmente quien será el que se dé por enterado que las conclusiones científicas son muy confusas y que el misterio del pesquero aún está lejos de haber se resuelto?


FUENTE: URGENTE 24



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