Lentamente los principales referentes del Poder Legislativo comienzan a descubrir que la actividad marÃtima nacional es algo más que un negocio muy rentable.
Por Fernando Morales Presidente de la LNA
Publicado: 03-07-2025
Como es de público conocimiento la Liga Naval Argentina cumpliendo el mandato de sus padres fundadores, se encuentra por estos dÃas dedicada a difundir ante el Poder Legislativo y la opinión pública en general el rol estratégico de la Marina Mercante Nacional, el que ha sido puesto en juego a partir de la puesta en vigencia del decreto 340/25 sobre una supuesta “Desregulación de la Marina Mercanteâ€.
Dado el carácter apolÃtico de esta centenaria institución la que además está integrada tanto por instituciones públicas como privadas, la misión autoimpuesta se centra exclusivamente en clarificar conceptos acerca de todos los aspectos que deben ser tenidos en cuenta por quien ya sea por ley o decreto pretenda efectuar cambios de fondo sobre una actividad estratégica de la Nación.
Asà las cosas, mientras que la totalidad de los centros profesionales y gremios del sector marÃtimo y fluvial del paÃs (varios de ellos miembros de la Liga Naval Argentina) hacen hincapié con toda razón de los perjuicios laborales, sociales y hasta algunos atinentes a la seguridad de la navegación que el decreto de marras traerá aparejados de llegarse finalmente a su puesta en vigor, la LNA se ha centrado en los aspectos que según sabemos hoy, no habÃan sido tenidos en cuenta y que obligan al poder legislativo a poner bajo su lupa el DNU 340/25.
En este contexto, durante el pasado 2 de julio la Honorable Cámara de Diputados de la Nación incluyó en el orden del dÃa de su sesión especial el tratamiento sobre tablas de la derogación del decreto desregulatorio.
Hechos de público conocimiento ajenos a este análisis hicieron que la sesión se levantara antes de que el asunto llegara a ser planteado. Circunstancia ajena a este análisis.
Lo que viene
En la mañana de este 3 de julio la LNA ha sido puesta en conocimiento de que la cuestión volverá a ser planteada en la próxima reunión de labor parlamentaria y -al mismo tiempo- se ha de solicitar la presencia de la entidad en otras comisiones que han comprendido precisamente que se está poniendo en juego algo mucho más importante que incluso pone en riesgo todo el sistema de defensa nacional.
El principal referente de la primera minorÃa parlamentaria acaba de definir la importancia del tratamiento de este tema poniendo énfasis precisamente en el carácter estratégico de la actividad.
Sin perjuicio de la incontrastable realidad internacional que demuestra que el 90% de las potencias marÃtimas reservan para si sus tráficos de cabotaje, para el caso particular de Argentina y tal como quedó demostrado en la guerra de Malvinas, no existe la menor posibilidad que las FFAA y en especial la Armada Argentina pudieran sostener una operación militar de envergadura sin contar con el llamado “3 escalón†o escalón logÃstico.
Ninguna flota militar puede sostener en reserva y a ordenes buques tanque o cargueros para -ante una eventualidad- poder poner en movimiento sus unidades de combate con el adecuado sostén logÃstico.
La existencia de una Marina Mercante de bandera (lo que en modo alguno implica decir que la misma sea estatal) con tripulantes argentinos y -en el caso de la oficialidad- miembros de la Reserva Naval tal como indican las leyes vigentes, le asegura al paÃs poder recurrir a los mismos con una simple convocatoria o movilización.
Este concepto no es nuevo y se remonta a los albores de la patria. Baste solo con recordar que el propio padre de la Armada Argentina era en rigor de verdad un Marino Mercante que no vaciló en artillar buques comerciales en defensa de la gesta libertaria. No lo hizo una sino varias veces a lo largo de su ejemplar existencia.
La ruta impuesta por esta Liga Naval Argentina nos debe enorgullecer, exposición tras exposición, surgen de parte de nuestros ocasionales interlocutores interrogantes que demuestran que -en general- la razón de ser y la importancia de la Marina Mercante Argentina no es del todo conocida por quienes tienen como misión legislar para el bienestar de la población, el crecimiento del paÃs y la adecuada defensa de este.
Obviamente no todo el camino está plagado de rosas, también están las espinas. No han sido pocos los intentos de frenar esta tarea a pesar de que la misma está plasmada en los objetivos institucionales que marca nuestro estatuto.
Desde cordiales consejos y no tan cordiales amenazas, hasta sutiles indicaciones sobre retiros de apoyo institucional van matizando la labor diaria de la institución. A pesar de ello, en forma respetuosa pero firme seguiremos transitando el camino trazado en defensa de los Intereses MarÃtimos y Fluviales de la Patria.
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