El Día del Mar y de la Riqueza Pesquera queda constituida en octubre de 1937 y su primera celebración tuvo como fondo la ciudad de Rosario, sede de la primera Filial de la Liga Naval Argentina. Su Comisión Ejecutiva reunida el 5 de febrero de 1937 con la colaboración de la Federación Gremial de Comercio e Industria de esta ciudad, se establece en su sede el 26 de abril, inspirada en la formación de una sociedad civil sin fines de lucro, con el objeto de orientar su función en el bien público: gestar y promover el afianzamiento de una conciencia marina argentina imprescindible para el crecimiento de la Nación y exaltar las glorias navales que hicieron posible la gesta Sanmartiniana, honrar la memoria de los que lucharon en su pro, para que la extensión territorial de la Nación se extienda, se expanda en la cubierta de los buques flameando nuestro pabellón en todos los mares del mundo, para mayor gloria y provecho de su pueblo. Con su emblema "por una mayor conciencia marítima y fluvial" sintetiza los objetivos y aspiraciones que contiene la idea directriz de quienes se esforzaron en formarla. Su trayectoria constituye un continuo bregar por difundir en nuestro medio y zona de influencia la importancia del mar en el devenir histórico y económico de un país que tiene 5000 Kms de costa marítima desde el confín del Río de la Plata hasta el extremo Sur de Tierra del Fuego, llegando su plataforma continental a 4.200.000 Kms2. Su riqueza ictícola es de las más productivas del mundo, el sector pesquero produce exportaciones  que superan los 2.100 millones de dólares.

Aunque evidente, la importancia esencial y vital de los océanos y mares, obliga a mantener su pureza y evitar su polución que se ha extendido a limites inimaginables. En efecto, el mar provee el 50% del oxígeno que respiramos, es una fuente de alimento esencial, actúa como filtro de contaminantes y es regulador del clima, consecuentemente es imprescindible e impostergable su protección cumpliendo con los protocolos que no se respetan y que muchas veces se ignoran en aras de reducir costos, aumentar lucros e irresponsables descuidos o indiferencia, que hacen peligrar la vida misma en nuestro único hogar el planeta Tierra.  El Programa de Naciones Unidas para el Medio ambiente, alerta que sin una actuación urgente para mejorar el arrojo de residuos a las aguas, provocará que cada año mueran más personas por enfermedades relacionadas con el agua contaminada que por cualquier forma de violencia, incluidas las guerras. Anualmente mueren 1,7 millones de niños menores de cinco años por esa causa. Las victimas de estas dolencias ocupan la mitad de las existentes en todos los hospitales del mundo. Cuatro millones de personas mueren cada año por enfermedades cuyo vector es el agua, entre ellas la diarrea, el cólera, la disenteria, la fiebre tifoidea, la poliomielitis -que recrudece-  la eaquistosomiosis, enfermedad grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraída por exposición al agua afectada. En todo el mundo, al menos 1.800 millones de personas se abastecen de fuente de agua contaminda con heces. Se estima que en dos años, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua. Tambien el conjunto de la fauna marina está en peligro. El 30 % de las especies marinas que se pescaban han colapsado, peor aún, todas las  especies que ahora capturan las flotas pesqueras, según la revista Science, entrarán en colapso en el año 2048 si no se toman medidas para evitar ese desenlace. Así en los mares de conocen más de 33.000 especies de peces de las cuales 15.000 son dulce acuícolas, un número similar marinas y aproximadamente 3.000 propias de aguas salobres, que realizan migraciones río mar para reproducirse. Estos datos llaman la atención pues el agua salada y salobre suponen alrededor del 97 % del volumen existente en el planeta. De continuar agravándose el cuadro descripto, la generación de nuestros hijos podría ser la última que coma pescado salvaje. Confirman estos males, los depósitos en los océanos, los llamados "continentes de basuraâ€� descubiertos en el sector Norte y Sur del Pacífico Norte y Sur del Atlántico y en el Ã�ndico. Sorprende aún más la detección de niveles extraordinarios de contaminacion en las fosas de las Islas Marianas. Científicos de la Universidad de Aberdeeen hallaron altísimos registros de polución en las depresiones marinas de éstas y de Kermadec, a más de 10.000 mts. de profundidad. El hallazgo demuestra que los desechos de la acción humana pueden llegar a los rincones más remotos del mundo marino. En el mundo entero más de mil doscientos millones de habitantes carecen de aprovisionamiento de agua y en el mismo ámbito, el 41 % de la población, tampoco tiene acceso a un saneamiento adecuado. Esta sucinta descripción muestra un dantesco cuadro de ataque al único hábitat que dispone la humanidad para vivir, transformándolo en un basural generador de toda clase de pestes y enfermedades que nos priva de agua potable, llegándose a un punto sin retorno de su propia destrucción, por enfermedades, hambrunas y guerras que las mismas carencias provocarían en la lucha por la supervivencia. 

Lo expuesto realza la significación de la institución del 1ro. de octubre como Día del Mar y de la Riqueza Pesquera por nuestra querida Filial Rosario, hace ya 86 años, para que su celebración sirva como un faro que ilumine el conocimiento de la trascendencia e importancia del mar y su fauna, valorando como vital su imprescindible conservación. Mucho se está haciendo en pos de su logro, mediante campañas de concientización, educación, control y creación de zonas de protección y reservas marinas en distintas áreas mediante organismos creados a tal fin, entre ellos la Organización Marítima Internacional (OMI), su Comité de Protección del Medio Marino (CPMM) y el Convenio MARPOL DE 1973.

Toda esta reacción positiva frente al cataclismo al que nos precipitábamos nos permite alentar esperanzas forjando un continuo esfuerzo de las autoridades públicas responsables, de los científicos, empresarios, industriales y del ciudadano común para revertir el dramático cuadro, superando así la  ignorancia aún subsistente del peligro y su rechazo por algunos irresponsables intereses mezquinos.