Modificar la cuotificación y terminar con el descarte pesquero, desafíos que debe afrontar el gobierno.
Publicado: 21-01-2020
El Secretario General de la Asociación Argentina de Capitanes de Pesca, Jorge Frías fue entrevistado en el programa radial Matices del Puerto, el sábado último. A lo largo del programa, se conversaron diversos temas, entre ellos las expectativas frente a las decisiones que pueda adoptar el nuevo gobierno, sobre todo en lo referente a la introducción de modificaciones al Régimen de Administración por Cuotas Individuales Transferibles de Captura, una privatización de la pesca que provocó grave crisis en el puerto marplatense; y la esperanza en que se gestione para un aprovechamiento de las capturas contemplando la cuestión social. El dirigente volvió a insistir con la participación de los trabajadores en el Consejo Federal Pesquero, y también se refirió a las negociaciones salariales que se esperan para las paritarias de marzo, con CAABPA y CAIPA, y para la pesca de langostino.
Consultado acerca de sus expectativas frente a la gestión de Carlos Liberman al frente de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, el representante de Capitanes de Pesca reconoció que como representante de la provincia de Santa Cruz integró el Consejo Federal Pesquero y como tal ha sido parte de muchos de los errores que se han cometido. Tengo la expectativa que ahora estando él al frente de la cartera puedan corregirse determinados errores, sobre todos los que están enfocados en el recurso: en el tratamiento del recurso, en la explotación, enfocado en una dirección que genere más trabajo, más producción, y finalmente alimento.
El CFP ha trabajado durante muchos años en intereses particulares del sector empresario, que está bien porque el sector necesita de herramientas para desarrollarse, y se ha trabajado mucho con los permisos de pesca, con el tipo de buques; todas las discusiones han pasado por ahí y no ha habido una política certera sobre cómo explotamos el recurso pesquero, cómo lo aprovechamos mejor, cómo dejamos de desperdiciarlo, de despreciarlo, falta eso.
Cuando Bosch, el subsecretario anterior, expresaba que la abundancia de merluza había mejorado, lo hacía porque tuvo la bendición de que aparezca el langostino, y que toda la flota apunte al langostino y deje de pescar otras especies; entonces la disminución de buques en esas pesquerías hace que las especies se estén desarrollando por naturaleza, el hombre no está intercediendo en el desarrollo natural del recurso y obviamente va a haber abundancia. Esa recuperación no fue por política.
Audio de la entrevista
Descarte
Creo que lo mejor que hizo Juan Bosch durante su gestión fue haber reconocido que el descarte existe, haber reconocido como autoridad que Argentina está desperdiciando la pesca por cuestiones diversas. No es un escenario para buscar un único responsable, en esto estamos todos, pero a las decisiones las toma el funcionario, el gobierno; el empresario va a tomar lo que más le convenga de esas decisiones. Incluso es otra cuestión que tenemos que discutir, hay decisiones que se siguen tomando entre funcionarios y empresarios; los trabajadores no tenemos posibilidad de ser parte de las decisiones: recibimos lo que ellos deciden y a partir de ahí llevar adelante la actividad lo mejor que podemos.
Los capitanes seguimos siendo un fusible entre esas indecisiones, nosotros decimos que la pesca hay que traerla toda a puerto, a tierra, nosotros trabajamos y nos pagan por lo que traemos a puerto y no por lo que pescamos, y esto no es algo que hacemos porque queremos, sino que así funciona el sistema, somos parte del sistema.
Por eso quiero resaltar que lo que hizo Juan Bosch, para mí, fue un bálsamo, porque hace muchos años otro funcionario responsabilizó a este fusible, que es el Capitán de Pesca, como “el único depredador del Mar Argentino” y eso hizo que la política de la Asociación de Capitanes saliera a explicar que nosotros tenemos la voluntad de traer todo a puerto.
Y como dijo un armador: “si me pagan todo lo que pesco, traigo todo”, una confesión de que no se trae toda la captura porque no se le determina valor económico, no porque no sirva; porque el Estado está siendo siempre partícipe en la distribución de la ganancia y no hace un aporte.
El primer beneficiario de que se deje de descartar, de desperdiciar el pescado es el Estado, estaría cumpliendo con normas internacionales que se están violando, y los trabajadores y los empresarios son un instrumento para esa violación.
El que no cumple es el Estado, que no sea simplemente “traigan todo y arréglense como puedan”, podría observar las problemáticas económicas, los costos, y definir cómo participa para terminar con el descarte, si es alimento, si se captura, si se procesa de otra manera, si se distribuye en otros sectores que hoy no consumen pescado.
El descarte ya no se puede ocultar, lo está viendo el mundo.
Funcionarios
El Ministro de Desarrollo Agrario Javier Rodríguez y la Subsecretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carla Seain, que representará a la provincia de Buenos Aires en el CFP, se reunieron con empresarios y representantes sindicales pesqueros en Mar del Plata.
Seain no es conocida en el sector. No obstante, Frías expresó que, a su criterio, la idoneidad del funcionario está en el momento en que toma las decisiones, no tanto en el conocimiento pleno que tenga de la función que va a cumplir. Lo vemos a través de los años y de los cambios políticos en todos los estratos de la política, por eso tengo más expectativa en la capacidad de decisión que en el conocimiento, eso pasa cuando el funcionario se rodea de gente idónea, del empresario, del representante del trabajador, etc. La presentación de los funcionarios con los gremios marítimo-portuarios fue eso, tomar nota de la situación de cada uno. Trueba puso mucho énfasis en describir la situación de Mar del Plata, y quedó claro que hay un problema muy serio.
Cuotificación
Acá hay un problema de fondo muy serio y se dio a partir de la aplicación del régimen de cuotas de captura. Únicamente Capitanes de Pesca se opuso en aquel momento a la cuotificación tal como se presentaba, ahora se está hablando de una renovación, de la misma manera que está ya conocemos el resultado: la monopolización y concentración.
Recuerdo que en aquel entonces, de Alpesca, una importante empresa de Chubut dedicada a la merluza, me pidieron que no nos opusiéramos a la cuotificación porque iba a “ser una previsibilidad para las empresas”, y fue la primera que quebró.
Nuestra postura no era caprichosa, sosteníamos que había que adecuar determinadas cuestiones que no se hicieron, y ahora no deberían obviarse. Por ejemplo, nunca se determinó en ese proyecto qué es un “grupo empresario”, que es contrario a la definición laboral, societaria; se debe definir grupo empresario: hay un empresario que tiene ocho empresas y eso no es un grupo empresario.
En aquel entonces se creyó que todos los barcos iban a trabajar, y el empresario con mucha objetividad y conveniencia va a explotar el recurso con el mejor buque que tiene, con el que menos gasto le da, con el que menos problemática tiene con la tripulación, y va a ir a buscar esa cuota de la manera más conveniente; es el claro ejemplo de Caputo, empresa que paró cuatro de sus barcos y se dedicó a pescar langostino, y la cuota se la vendió a otros empresarios, estas cosas son las que se deberían ordenar.
La abundancia de langostino que obnubiló a todos, y las artimañas que se utilizan para violar lo que se pacta que hacen que hoy se pesque más congelado que fresco que es lo que hoy se está reclamando los gremios hermanos de Mar del Plata, y lo que reclamó Sebastián Agliano, titular de la Cámara de Costeros. El recurso fresco no llega a puerto para que se genere producción, trabajo, alimento, porque se viola todo lo que se escribe. Entonces, el que tiene que pescar no pesca, se la vende a otro y se queda con la renta del valor de esa cuota y se dedica a pescar otra cosa, el que tiene fresco pasa a congelado.
Presión tributaria y política de estado
El gobierno se equivoca cuando cree que va a recaudar, pero oprimiendo más con impuestos se obtiene lo contrario. Cuando hablamos del impuesto a las Ganancias, impuesto al trabajo, que se aplica a todos los trabajadores, El trabajador no debe de ninguna manera pagar por trabajar porque ya pagamos impuestos por todo lo que consumimos, como cualquier ciudadano, sino que estamos pagando impuesto por producir, por generar, un trabajo a destajo que no tenemos horario, no tenemos descanso, no tenemos franco, no tenemos vacaciones, porque nosotros tenemos que trabajar cuando está el recurso no cuando queremos. Entonces, el gobierno se equivoca porque con mayor presión va a generar mayor evasión y una recaudación menor.
Lo dicen también los empresarios, blanqueamos todo el sueldo y los trabajadores no lo quieren hacer porque tienen que pagar más ganancias, entonces se trabaja más, se blanquea todo para beneficiar solamente la recaudación del gobierno.
Además, en el caso de los capitanes, marineros, maquinistas, todo lo que ganamos lo gastamos, lo invertimos, compramos propiedades, vehículos, todo lo que generamos termina siendo ganancia impositiva en otros órdenes.
En el país tenemos problemas para resolver con pragmatismo, el espectro político nos hace jugar entre las políticas de estado y los problemas inmediatos y no resuelve ni uno ni otro. Como la propia cuotificación, era una política de estado y los resultados fueron tremendos, plantas cerradas, monopolización, concentración de dinero en unos pocos. Recordemos que entonces la Presidente Cristina Fernández hablaba de la no privatización, y la cuotificación termina siendo una privatización disfrazada, si le doy una cuota a un sector empresario por quince años, que ya están por cumplirse, y la cuota obviamente se va a renovar, pero hay que revisarla y mejorar determinadas condiciones; por ejemplo, no todo el sector empresario cumple con los aportes y contribuciones entonces hay que perseguirlos, ir a fiscalizarlos, intimarlos, porque eso no se incluyó en la cuotificación, entonces los beneficios fueron solamente para el sector empresario, y la parte social se dejó de lado, por eso tenemos esta crisis en el puerto marplatense, porque no se advirtió la crisis social que se iba a producir a través de la monopolización.
Argentina tiene que definir qué tipo de pesca quiere,fresquera o congeladora. Los tripulantes tendremos trabajo, pero hay que analizar qué pasa con el resto de la cadena laboral, no se puede no mirar la cuestión social, las crisis que se provocarían en todos los puertos si solamente hubiese pesca congeladora. De hecho, hay empresarios que eran fresqueros y migraron al buque congelador, sea porque obtiene mayor renta, menos problemas, o menores costos. Esta dicotomía no es nueva, en 1998, empresarios del fresco convocaron a todos los trabajadores para manifestar en el Congreso en la lucha fresqueros-congeladores; la realidad es que esos mismos empresarios que nos convocaron hoy tienen congeladores.
FUENTE Capitanesdepesca
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