El documentalista Enrique Piñeyro sobrevoló el límite exterior del Mar Argentino acompañado por ambientalistas, periodistas y políticos entre los que se contó a la diputada Mariana Zuvic.

La espectacularidad que presentan las luces de los barcos poteros extranjeros en la Milla 201 no deja de asombrar, como así tampoco el impacto que generan sobre los recursos naturales. Pero lamentablemente en lugar de centrar la denuncia sobre lo que realmente estaba pasando, cientos de barcos pescando nuestros recursos transzonales sin control en aguas internacionales; eligieron falsear la realidad y tanto la diputada como el cineasta, y también algunos medios nacionales denunciaron con liviandad que se estaba realizando pesca ilegal dentro de nuestra Zona Económica Exclusiva.

Establecer el posicionamiento exacto de un barco para determinar si está dentro o fuera de nuestra Zona Económica Exclusiva es un proceso complejo que no se resuelve con la mera observación, sino que se requiere de una tecnología con la que pocos aviones cuentan. Ni siquiera las páginas especializadas en monitoreo de flota suelen tener tal precisión.

Es por ello que las declaraciones alegres de Piñeyro y el manto de sospecha que lanzó sobre las fuerzas de seguridad nacionales son criticadas tanto dentro como fuera de dichas fuerzas. La misma reacción generó la aventura instagramera de la diputada Marina Zuvic. Especialistas en la materia consideran que el espectáculo montado en el vuelo transmitido en directo por las redes sociales es poco serio y una oportunidad desaprovechada de concientizar a un gran público sobre el enorme y real impacto que genera esa flota sobre nuestros recursos sin necesidad de ingresar al Mar Argentino.

“Gracias al vuelo comandado por Enrique Piñeyro, pudimos ser testigos de los cientos de barcos de bandera china que ingresan a nuestra Zona Económica Exclusiva para pescar nuestro calamar illex argentinus», relató desde el avión, en un vivo de Instagram, la diputada Mariana Zuvic.

La gravedad de su denuncia parece no haber sido debidamente dimensionada por la diputada, dado que, de ser cierto lo dicho, primero debió haber presentado una denuncia inmediatamente y alertar a las Fuerzas de Seguridad para que se desplegara un operativo de captura de las embarcaciones ilegales. Sin embargo, nada de ello ocurrió, la legisladora eligió actuar con la responsabilidad de una instagramer en lugar de la de una representante del pueblo.

La elección de buscar impacto mediático en lugar de una respuesta oficial, quizás se deba a que estaba en conocimiento de que carecía de pruebas de lo que estaba denunciando y ya les habían avisado desde la Prefectura que los barcos que creían extranjeros ilegales, eran barcos nacionales con permiso para pescar. ¿Acaso desconocen que en nuestra industria hay una flota potera de 70 buques?

“La Armada sacó un patrullero ayer desde el Storni, que nos llamó cuando estábamos sobrevolando la zona y nos dijo que establecía enlace, que todo bien… Y le dijimos que bueno, que muchas gracias, que estábamos viendo una cantidad de embarcaciones dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina y nos contestó que no, que no había ninguno, que eran todos pesqueros con licencia. Que me digan que no hay pesca ilegal… La verdad que no es muy confiable”, relató Piñeyro.

Pese a estar en conocimiento de lo comunicado por las fuerzas de seguridad marítima, la diputada eligió dar por cierto lo relatado por el piloto Piñeyro y publicó su denuncia en las redes sociales. Y en lugar de dar curso a las vías legales correspondientes, decidió lanzar una campaña mediática: “No podemos quedarnos de brazos cruzados. Mañana estaremos lanzando la campaña #SalvemosElMarArgentino para impulsar las iniciativas que luchan contra la sobrepesca y la pesca ilegal”, publicaron tanto ella como el diputado Maximiliano Ferraro, que también formó parte del convite.

Al momento del vuelo, según informaron desde la Prefectura, a través del sistema guardacostas se pudieron obtener imágenes satelitales con un radar SAR, un radar con sensor óptico y el de AIS, que permitieron ver con claridad que la flota nacional se encontraba dentro de la ZEE y la flota extranjera en aguas internacionales.

Cuánto más valioso hubiera sido que los medios nacionales y los políticos hubieran hablado de lo que realmente estaba pasando fuera de la Milla 201. Sobre los subsidios que recibe esa flota; las violaciones a los derechos humanos que se han denunciado; qué significa la pesca no declarada y no reglamentada; podrían haber hablado de la inacción diplomática y la colaboración de Uruguay para que todo ello acontezca en las aguas adyacentes al Mar Argentino.

Pedir informes a la Subsecretaría de Pesca, el INIDEP, las Fuerzas de Seguridad y a la Cancillería para que expliquen el alcance devastador sobre los recursos y el impacto económico que este tipo de actividad genera y sobre las acciones que debieran realizar, hubiera sido mucho más provechoso. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la Argentina, a partir de los acuerdos de quita de subsidios de la Organización Mundial de Comercio y el reciente texto aprobado de la Conferencia de los Océanos de la ONU, cuenta con nuevas herramientas legales para combatir la pesca INDNR en el Atlántico Sur.

Utilizar las herramientas que otorgan los acuerdos internacionales puede permitir frenar, quizás no en el corto plazo, pero sí de forma definitiva, el avance de esta flota que depreda los recursos transzonales del Mar Argentino. Pero no es a través del escándalo que se logra sino del trabajo serio de los funcionarios, políticos, científicos, empresarios y ambientalistas. Difícilmente se logre, a través de un espectáculo engañoso, algún avance en el campo diplomático, el verdadero escenario en el que se resuelve este flagelo.

Es frustrante para quienes formamos parte de la industria pesquera desde distintos ámbitos, lo que sucede con la mayoría de los funcionarios fuera de esta cartera, los políticos y los medios nacionales cuando hablan de pesca. Es insultante escuchar a Enrique Piñeyro en la radio más escuchada del país, relacionar la venta de langostino en el mercado británico con lo que sucede en la Milla 201. Muchas personas serias trabajan para defender nuestros recursos de la pesca INDNR y que el momento de mayor llegada a la población sea de esta manera, nos obliga a preguntarnos, al menos, si esto lo hacen por entusiastas bienintencionados o porque alguien les paga para hacer semejante papelón.